Julia Arechiga

En Abril de 2014, Julia Arechiga empezó a trabajar para GCS, Inc. (antes Guaranteed Cleaning Services y ahora Golden Touch), un contratista para la Ciudad de San Fernando responsable por labores de limpieza en varios de los parques y oficinas municipales.

La madre de dos hijas, de 38 años de edad, consideraba que el trabajo era perfecto ya que los ingresos extras le vendrían muy bien a su familia y ella podía dejar a su hija de dos años con su esposo mientras ella trabajaba.

Arechiga nunca le puso mucha atención al hecho de que nunca vio a la persona que la contrato, a quien identificó como Luis Mejía; ella simplemente envió todos sus documentos para el proceso de contratación con otros trabajadores que llegaban al Centro Acuático de San Fernando, donde su responsabilidad era limpiar los cuartos del edificio y los baños, entre otras cosas.

Todo el proceso de contratación se realizó a través del teléfono y el acuerdo era que ella recibiría un pago de $750 mensuales por su trabajo de medio tiempo. Ella nunca vio los documentos de contratación y no sabe si fue clasificada como empleada o subcontratista.

No hubo problemas el primer mes  de trabajo, ya que Arechiga recibió su cheque sin falla. Pero los tres meses siguientes que trabajó para GCS fueron un constante drama de pedir su pago y, según ella, recibir excusas por parte de Mejía: que su dirección estaba mala, que la secretaria no había enviado el pago todavía, etc.

Ella continuó trabajando hasta un día que, después que Arechiga había preguntado nuevamente por su pago, Mejía simplemente le dijo que estaba despedida y que no se presentara más a trabajar, relató.

“Me despidieron por pedir mis derechos”, dijo Arechiga. “Yo seguí trabajando aunque ellos no me estaban pagando”.

Después de ser despedida sin ningún motivo aparente, Arechiga continuó pidiendo su pago sin tener respuesta. Más tarde presentó una queja con la Junta Laboral del estado.

Dos meses después, en agosto, GCS le pagó lo que le debía, pero Arechiga explicó que la Junta Laboral le dijo que ella tenía derecho a más dinero por cargos por el retraso en el pago de su salario.

RENOVACIÓN DE CONTRATO

Mientras Arechiga le pedía su pago a la empresa, también empezó a ir ante el Concejo de la Ciudad de San Fernando para exponer su caso, ya que GCS era uno de los contratistas municipales.

Ella se ha presentado ante el Concilio en varias ocasiones para exponer lo que considera el maltrato del que ha sido objeto, especialmente después de darse cuenta que GCS había sometido una propuesta para seguir ofreciendo sus servicios de limpieza a la ciudad.

En su reunión del 1 de Diciembre de 2014, el Concejo de San Fernando aprobó un contrato de tres años por servicios profesionales con Golden Touch Cleaning Incorporated por un monto de $138,000.

Brian Saeki, Administrador de la Ciudad de San Fernando, le dijo al San Fernando Valley Sun/El Sol que conocían de los problemas de Arechiga con GCS pero que la Ciudad “no se involucra en disputas laborales cuando tienen que ver con sus contratistas”.

Agregó que la empresa fue la que presentó la propuesta más barata de servicios  y “nosotros no hemos tenido problemas con ellos en el pasado”, y que también proveen servicios similares para otras municipalidades. 

Saeki también dijo que el problema entre Arechiga y CGS se convirtió en un tipo de “él dijo, ella dijo” y que la Ciudad estaba satisfecha con la explicación de GCS ante la situación.

De hecho, Saeki mencionó que representantes de la compañía se presentaron ante el Concilio para explicar que fue Arechiga la que renunció “porque ella dijo que no estaba contenta con la compañía”, dijo Saeki.

Arechiga niega eso enfáticamente.

“¿Por qué voy a renunciar a un empleo que me ayuda?”, dijo ella.

Saeki dijo que representantes de la empresa dijeron que enviaron cheques que le debían a Arechiga, pero que ella nunca los recogió. Cuando la compañía intentó contactarla por teléfono, ella nunca recogía la llamada, según la empresa, comentó Saeki.

Saeki también dijo que él tuvo posesión de un cheque que fue enviado a Arechiga por correo certificado que ella nunca recogió.

Sin embargo, Saeki agregó que el problema de los cheques que le debían a Arechiga ha generado cuestionamientos sobre GCS y cómo trata a sus empleados.

“Genera preguntas. Vamos a revisar otras cosas que ha mencionado (Arechiga)”, dijo Saeki.

DEMANDA

En Septiembre de 2014, Arechiga contrató un abogado y presentó una demanda en contra de GCS Inc. y varios de sus representantes alegando, entre otras cosas, misclasificación intencional como un contratista independiente, no pagar salarios laborados y compensación de horas extras, no pagar salarios a tiempo, no compensar por todas las horas laboradas y despido injustificado.

La demanda sigue activa.

Cuando el San Fernando Valley Sun/El Sol contactó a Luis Mejía, él dijo que no podía hacer comentarios sobre la demanda y que él era simplemente un empleado. “No tengo información de eso”, respondió cuando se le preguntó de la querella.

El refirió llamadas a la empresa y la persona que contestó el teléfono dijo que no había nadie disponible para hablar con la prensa.

Arechiga esperaba que su caso ilustrara ante la Ciudad de San Fernando el problema con GCS y ella considera erróneo la renovación del contrato.

“Ellos (GCS) ya me hicieron esto a mi, pero yo no quiero que se lo hagan a alguien más”, dijo ella. “No quiero que esta compañía la contraten para otros trabajos”.