Empleados Impulsan Boicot del El Super

Lydia Flores, una cajera de 37 años que trabaja en la tienda El Super de Arleta, dice que constantemente tiene problemas para pagar sus cuentas.

“Pago mi casa y mi carro y mis utilidades y el resto de los cobros tienen que esperar”, dijo la madre soltera de tres hijos quien vive en Lancaster.

El problema, dice ella, es en parte por su bajo salario — $12.88 la hora después de 11 años de trabajar en el supermercado y el hecho que muchas veces no trabaja las 40 horas por semana.

“A veces trabajo 32, 36 horas, las 40 horas no están garantizadas”, dijo ella.

Aparte de eso, ella dice que hay hostilidad y castigos por parte de los gerentes por quejarse o levantar al voz ante eso.

Esos son algunos de los problemas que los empleados de la cadena de supermercados El Super dicen tener en los últimos años, desde que se rompieron las negociaciones entre los trabajadores de las siete tiendas que son parte del sindicato de United Food and Commercial Workers (UFCW) y la empresa, que han venido tratando de renegociar un acuerdo desde que el último expiró en septiembre de 2013.

“Queremos más respeto y suficientes horas para apoyar a nuestras familias”, dijo Flores.

“Si tuviéramos un contrato, ellos tendrían que respetar las 40 horas”, agregó.

Según Rigo Valdez, representante de UFCW, las negociaciones entre el sindicato y la compañía están varadas desde el año pasado y la empresa se rehúsa a regresar a la mesa de negociaciones.

Bodega Latina Corp. que hace negocios bajo el nombre de El Super, se fundó en 1997 y abrió su primer tienda en South Gate. La cadena ahora tiene tiendas en California, Arizona y Nevada. Su propietaria es el Grupo Chedraui, una empresa pública basada en la Ciudad de México.

En 2008, El Super compró siete tiendas propiedad del Grupo Gigante. Esas son las tiendas que ahora son parte del sindicato.

El Boicot

En Diciembre, luego de un impase en las negociaciones el UCFW, el sindicato que representa a los empleados de El Super, pidió a los clientes que no compren en las 49 tiendas de El Super. El sindicato también ha alegado que la cadena de supermercados pone en riesgo la salud de sus clientes al haberse encontrado varias violaciones en sus tiendas.

Según el UFWC, inspectores de salud del condado documentaron más de 300 violaciones desde el año pasado, incluyendo la presencia de moscas vivas en el departamento de carne, comida caducada en los estantes y superficies insalubres.

El sindicato también alega que El Super ofrece menos días de enfermedad a sus empleados de los que manda la ley de California y paga salarios menores a los de otros supermercados.

Es incierto qué impacto ha tenido el boicot. Representantes del sindicato a veces se colocan frente a la entrada de la tienda y distribuyen volantes tratando de explicar la situación y que la gente ya no compre en la tienda. Pero no es algo que ocurra diariamente y todo el día.

Sin embargo, según el sindicato, en el primer mes del boicot casi 30,000 clientes potenciales de El Super dejaron de comprar en la tienda debido a la presencia de representantes de la unión. La compañía no provee cifras.

“Lo que estamos tratando de hacer con el boicot es tratar de obtener algo mejor para nosotros”, dijo Flores.

Cuando se le preguntó si creía que el boicot dañaba aún más la situación de los empleados reduciéndoles todavía mas horas debido a la falta de clientes, ella dijo que simplemente “estamos tratando de negociar las cosas”, y “si nos unimos, la empresa quizá nos escuche”.

“Queremos que la compañía nos escuche, queremos que vengan y negocien y tengamos algo mejor”, agregó.

“Estamos pidiendo mejores salarios, horas y respecto, eso es lo que queremos”, añadió.

Decenas de organizaciones, concejales de la ciudad de Los Angeles y grupos comunitarios se han unido al boicot.

Uno de esos grupos es el Concejo Vecinal de Pacoima, que la semana pasada aprobó una resolución donde pide a los clientes evitar comprar en la cadena de supermercados con base en Paramount en respuesta a las condiciones laborales pobres, prácticas laborales injustas y violaciones a los códigos de salud.

“Lo que estos trabajadores quieren es lo básico–la habilidad de quedarse en casa si están enfermos, horarios regulares donde puedan planear sus vidas y una compensación justa”, dijo Michael Gonzáles, Presidente del Concilio. “El concilio apoya a estos trabajadores y sus familias y está pidiendo a El Super ser responsable, un miembro respetuoso de nuestra comunidad”.

“El Super no solo está maltratando a sus empleados, sino también a sus clientes, muchos de los cuales residen en comunidades inmigrantes de bajos recursos donde hay pocas alternativas para supermercados”, dijo Ruben Rodríguez, Director Ejecutivo de Pueblo y Salud.

Llamadas y correos electrónicos enviados a representantes de El Super por el San Fernando Valley Sun no tuvieron respuesta.

Sin embargo, la empresa ha disputado todos estos alegatos, indicando que los inspectores de salud de los condado de Los Ángeles, San Bernardino y Riverside le han dado calificaciones “A” a las tiendas de la cadena, excepto en tres de las más de 150 inspecciones desde Enero de 2012.

La empresa también dice que muchos de los alegatos hechos por el sindicato son simplemente debido a que la unión quiere sindicalizar a todos los empleados de El Super, y no solo obtener un contrato para los trabajadores de las siete tiendas afiliadas a la unión actualmente.