M. Terry / El Sol

Por más de 20 años, el gimnasio de boxeo Ten Goose Boxing Gym en Van Nuys ha entrenador a futuros campeones y le ha dado a los chicos con problemas un lugar donde sacar su rebeldía — ya sea contra un saco pesado o una bola de velocidad.

Ricky Funes fue uno de esos chicos.

“Crecí en Van Nuys y gracias a Joe (Goossen), él me ayudó a salir de las calles. Gracias a él cambié mi vida”, dijo el hombre de 38 años que hace cinco años se hizo cargo del gimnasio al tomarlo del dueño original, Joe Goossen.

Funes recuerda llegar al gimnasio de chico y no tener dinero para pagar por el entrenamiento o por el uso del equipo. Así que ayudaba en lo que podía a cambio.

“Limpiaba el baño, quitaba el chicle del piso, lo que me pidieran”, dijo.

Pero con el paso del tiempo aprendió el deporte y conoció a grandes boxeadores que pasaron por el gimnasio ubicado sobre la calle Friar:  el campeón mundial Gabriel Ruelas de Sylmar, Diego Corrales, Frankie Duarte. Hector Camacho Jr. entrenó ahí hace unos ocho años y más recientemente Julio Cesar Chávez Jr.

Funes también ha entrenado a celebridades como Justin Bieber y Mike Epps y continúa trabajando con jóvenes boxeadores que esperan escribir su nombre en la historia del boxeo.

Además, desde que asumió la dirección del gimnasio, Funes ha tratado de regresar un poco de lo que él mismo recibió de chico — una oportunidad.

“Sé que hay chicos allá afuera en malos pasos, algunos chicos pagan, otros no (cuando vienen al gimnasio). Yo trato de mantener las puertas abiertas para todos ellos. Les doy lecciones como me las dieron a mi”, dijo. “Les enseño disciplina, como me la enseñaron a mi”.

 La Lucha por Seguir Abiertos

Pero esa propendida por la disciplina y por mantener el local limpio es una de las razones por las que Funes y su gimnasio ahora están en problemas.

Uno de los peleadores que entrenó ahí por dos años solía llevar a su padre y amigos, a menudo dejando basura y sin limpiar el lugar donde entrenaban, a pesar de los constantes pedidos de Funes al respecto.

“Yo les abrí las puertas para que entrenaran con la condición de que limpiaran después”, relató.

En Octubre pasado, Funes volvió a decirle lo mismo, pero el boxeador, un joven Afroamericano, lo consideró racista y le dijo que no lo haría.

A eso le siguió una discusión que escaló de tono rápidamente.

Al verse enfrentado contra cuatro personas, “yo me fui atrás y agarré mi pistola y cuando salí, dos de ellos trataron de quitármela; la pistola se disparó y la bala pegó en el suelo y ellos salieron corriendo y llamaron a la policía”, dijo Funes.

El también se fue del lugar y llamó a su abogado camino a casa. Fue arrestado esa misma noche cuando la policía llegó a su vivienda. Salió libre bajo fianza al siguiente día, pero sus problemas legales continuaron.

La semana pasada, Funes, quien enfrentaba cargos de ataque con un arma letal, fue sentenciado a seis meses de cárcel, aunque siempre mantuvo que fue en defensa propia. Debe entregarse a las autoridades para empezar a servir su sentencia el 5 de Mayo.

También enfrenta una sentencia suspendida de 13 años, lo que significa que si viola su libertad condicional al salir de la cárcel, enfrentaría esa sentencia completa.

“Estoy esperando salir antes (de los seis meses)”, dijo Funes, quien admite y está sentido por lo ocurrido.

“Fue un gran error de mi parte. Pude haber lidiado con esto de manera diferente. Fue muy duro. Estaba enfrentando a cuatro chicos. Pude haber terminado en el hospital o peor”, dijo.

Recaudan Fondos

Mientras Funes, padre de dos hijas, se prepara mentalmente antes de ir a la cárcel, dice estar más preocupado por el destino de su querido gimnasio y los cerca de 80 niños y adultos que entrenan ahí y encuentran en este lugar un lugar para mantenerse alejados de los problemas y en búsqueda de sus sueños.

“Si cerramos, afectará a mucha gente. Yo tendría que empezar de nuevo y eso no es fácil”, dijo.

La semana pasada, a sugerencia de algunos de sus amigos, Funes abrió una cuenta en el sitio web Go Fund Me, con el objetivo de recaudar $10,000 — el monto del dinero que estima para cubrir los gastos del gimnasio (alquiler del local, utilidades y cobros) mientras él está en la cárcel. Hasta ahora, cerca de $6000 habían sido donados por 10 personas, pero se necesita mucho más para alcanzar el objetivo.

“Lo que sea que llegue, ayuda”, dijo Funes, quien está agradecido por cada centavo que reciba.

Mientras esté tras las rejas, el gimnasio estará a cargo de su sobrino, Juan Funes — un boxeador profesional invicto con marca de 6-0 — y Funes espera salir de la cárcel antes de que venza su sentencia para poder continuar con su trabajo en la comunidad y con su sobrino, a quien entrena y espera algún día que se convierta en un campeón mundial.

“Hay muchos obstáculos allá afuera, pero ese es nuestro sueño, nuestro objetivo”, dijo Funes.

Pero por ahora, el objetivo inmediato es recaudar los fondos para mantener el gimnasio abierto.

Para donar o más información, visite http://www.gofundme.com/tengoooseboxing#

El gimnasio Ten Goose Boxing Gym se ubica en el 14420 Friar Street, Van Nuys. (818) 300-5622.