GUATEMALA (AP) — El tribunal que intenta juzgar a José Efraín Ríos Montt por el delito de genocidio decidirá la próxima semana si el militar está apto o no para enfrentar juicio, tras la evaluación de un equipo de 10 médicos que diagnosticó al militar con demencia.

Los médicos presentaron el martes tres informes en los que establecieron que el militar padece de demencia provocada por problemas vasculares.

Tres de los médicos que integraron el equipo declararon el martes ante el Tribunal de mayor Riesgo y explicaron que la demencia del general retirado de 89 años está asociada a problemas cardiacos.

El equipo evaluó a Ríos Montt durante ocho días de internación en un hospital privado.

La defensa del militar pidió cesar la acción penal por su condición de salud y dejarlo en libertad, mientras que la fiscalía demandó un juicio para la aplicación exclusiva de medidas de seguridad y corrección, el no contemplaría una pena, pero sí probar los hechos que se le imputan.

“Si el tribunal acepta la petición, el juicio será solo para probar los hechos, no habrá una pena, vendrán los testigos y será a puerta cerrada, será a su tutor a quien se le hagan las imputaciones”, dijo el fiscal Erick de León.

Ríos Montt es acusado de genocidio por la muerte de 1.771 ixiles a manos de soldados del ejército de Guatemala durante su mandato presidencial (1982-1983).

“La demencia que el paciente padece es una consecuencia directa de la enfermedad cardiaca que el paciente presenta y su presión arterial”, dijo Walter William Rinze Turton, uno de los médicos que evaluó al ex gobernante.

El médico, un especialista en psiquiatría, dijo que Ríos Montt padece de alteraciones significativas en la memoria y que no tiene capacidad de saber la fecha, día y lugar en el que se encuentra.

Otro de los declarantes, el mexicano Jorge de la Peña, un especialista propuesto por los querellantes, también cuestionó el proceso médico al que fue sometido Ríos Montt y afirmó que un tratamiento adecuado no hubiera permitido llegar a ese deterioro mental.

“Este paciente sí tiene un trastorno mental, el paciente es un demente”, dijo Peña. Sin embargo, señaló que la situación se pudo haber evitado.

Los abogados de las víctimas reclaman que familiares y amigos cercanos del general lo medicaron para evitar que fuera juzgado.

“Yo vi, al paciente desaliñado, cabello largo, al grado tal que le tapaba las orejas, barba crecida, me sorprendió verlo así pues tenía referencias de fotografías tomadas antes y no se veía así”, dijo Peña.

En los informes médicos también se explicó que el ex militar padece dolores crónicos de espalda, problemas de visión y de oído.

Karen Peña, médica del Instituto Nacional de Ciencias Forenses e integrante del panel, explicó que los padecimientos de Ríos Montt son crónicos e irreversibles.

“Dicha condición mental del evaluado es de carácter crónico, progresivo e incurable, por lo mismo es una condición discapacitante… no se encuentra en el pleno uso de sus facultades mentales”, dijo Peña al leer el informe que el Instituto realizó.

El 10 mayo de 2013 un tribunal juzgó y condenó al ex militar a 80 años de prisión por los delitos de genocidio y contra los deberes de humanidad. Sin embargo, 10 días después la Corte de Constitucionalidad anuló el juicio y ordenó un nuevo juicio por considerar que existían errores en el proceso.

El nuevo tribunal ha fijado en dos ocasiones iniciar el juicio, pero los defensores del ex general han bloqueado el inicio con la presentación de recursos judiciales.

Guatemala vivió un conflicto armado de 36 años (1960-1996). Según un informe de Naciones Unidas, unas 245.000 personas murieron o desaparecieron durante esa época. El reporte de la ONU señaló que un 97% de las muertes fue responsabilidad del ejército y grupos paramilitares, el 3 % restante, de la guerrilla izquierdista.