Jim Davis

Este domingo 14 de febrero es el Día de San Valentín (del Amor y la Amistad) y Jim Davis, residente de Sylmar, estará haciendo algo que ama: participar en la Maratón de Los Ángeles.

No es un principiante en la competencia.

De hecho, Davis, de 75 años y quien se acaba de jubilar, ha venido participando en la competencia por los últimos 30 años.

Davis es de hecho un Legacy Runner (Corredor del Legado), miembro de un selecto grupo de atletas que han participado y terminado en las 30 ediciones de la Maratón de Los Angeles que se han realizado.

“Es un club al que nadie más puede entrar y ese es parte del orgullo”, dijo Davis, mientras caminaba y trotaba en el Parque de los Veteranos en Sylmar, justo al pie de las colinas que se ubican al noreste del Valle de San Fernando.

Davis conoce bien el terreno, ya que ha entrenado ahí y por todo el Valle de San Fernando y Santa Clarita por las últimas tres décadas.

Pero las cosas han cambiado desde que corrió en la primera Maratón de Los Angeles, y no solo en cuanto a los patrocinadores de la competencia y la ruta de la misma, que ahora va desde el Estadio de los Dodgers hasta Santa Monica.

LA PRIMERA CARRERA

“Fue brutal”, recordó Davis de la recuperación después de esa primera participación.

Completar las 26.2 millas, dijo, fue sorprendentemente fácil para él. Y lo hizo en un poco mas de cuatro horas.

“El dolor después fue horrendo. No podía ni bajar de la banqueta”, relató.

No se había entrenado para la maratón y simplemente decidió tomar parte después que un amigo de él lo interesó en el atletismo dos años antes, aunque no lo hacía constantemente.

“Había mucha emoción (por la Maratón) en la Ciudad”, recordó del tiempo antes de la carrera.

Admite que “nunca pensé que se volviera tan grande como es”.

Fue uno de los 10,000 participantes que tomaron parte en esa carrera, que ahora incluye a más de 25,000 personas. Y ha estado ahí a través de todos estos años.

Nunca ha pensado en dejar de participar.

“La gente me animaba. Me llamaban un día antes y me deseaban buena suerte y todo eso”, dijo.

Durante todo este tiempo, Davis corría casi todos los días, muy temprano por la madrugada o la mañana, o muy tarde por la tarde y noche, en tiempos de frío y calor.

En su punto más álgido, Davis corrió cuatro maratones en un año — incluso la muy difícil Maratón de Boston, para la cual calificó después de completar la Maratón de Portland, Oregon en apenas tres horas y unos minutos más.

A medida que mejoraba su rendimiento, también se facilitaba la recuperación después de estas competencias.

“Después de una maratón a veces corría una 5k (3.5 millas) para aligerar el cuerpo”, dijo.

E iba a trabajar al día siguiente como si nada.

‘CORRER HA HECHO MUCHO POR MI’

También fue parte de un par de clubes cuyos miembros realizaban carreras a larga distancia para entrenamiento y diversión, llegando hasta el mar desde el Valle de San Fernando y hasta correr 31 millas en un circuito que cubría Santa Clarita, Placerita Canyon y de regreso al Valle.

En ciertos puntos de su vida, estaba corriendo 70 millas a la semana.

“Mis hijos pensaban que correr no tenía sentido”, dijo.

Pero ahora uno de sus hijos ha seguido sus pasos y ha tomado el deporte.

Davis también fue parte del equipo de atletismo que formaron en la empresa donde laboró por más de cuatro décadas — Southern California Gas Company.

Como miembro de este equipo, Davis tuvo la oportunidad de participar en competencias contra equipos de otras corporaciones y negocios en diferentes puntos del país.

Y como miembro de los Legacy Runners, también ha recibido certificados de reconocimiento, camisas conmemorativas y el año pasado — en la edición 30 de la competencia — “Asics (el patrocinador de la carrera en ese entonces) nos regaló zapatos”, dijo.

Esto sin mencionar los beneficios a la salud que él cree le ha significado el correr durante todo este tiempo.

Su corazón y cuerpo siguen fuertes para su edad.

Esa es una de las razones que lo motivan a seguir compitiendo.

“Cuando corres sientes algo muy, muy bonito”, dijo Davis, quien una vez intentó ser reserva de la Policía de Los Angeles y en la prueba de atletismo tomó ventaja de cuatro vueltas sobre todos los demás participantes — algunos mucho más jóvenes que él — al punto que los que estaban a cargo le pidieron que fuera más despacio.

“Eso fue un gran cumplido”, admite.

MANTIENE EL LEGADO

Pero los años no pasan en vano y correr ya no es lo mismo para Davis.

Por varios años sus rodillas le dieron problemas. El año pasado le tomó más de 8 horas caminar las 26.2 millas de la Maratón de Los Angeles. No podía correr.

“Eso es brutal. Prefiero correr tres horas que caminar por ocho”, dijo.

En Mayo le practicaron una cirugía en una de sus rodillas y todavía no puede correr.

Ha estado caminando y trotando un poco.

El domingo, su estrategia es simple: “terminar y mantener el legado”, dijo.