CIUDAD DE MÉXICO (AP) — El gobierno mexicano dijo el martes que tomó el control de una maltrecha ruta ferroviaria que es utilizada desde hace mucho tiempo por migrantes centroamericanos que se dirigen al norte hacia Estados Unidos.
Menos migrantes han abordado los vagones del tren de carga desde que agentes del gobierno comenzaron a realizar redadas en la ruta en 2014.
Ahora, la Secretaría de Comunicaciones y Transporte de México dijo que retiró la concesión de operación del ferrocarril Chiapas-Mayab a operadores privados. Señaló que la decisión fue tomada para promover la inversión y rehabilitación de la línea ferroviaria.
Las vías de ferrocarril cerca de la frontera guatemalteca resultaron dañadas por el huracán Stan en 2005. Además, muchos tramos de la línea son anticuados y están en malas condiciones.
Muchos migrantes continúan caminando al lado de la vía en su intento de llegar a Estados Unidos.
Mientras, la Organización Internacional de las Migraciones (OIM) reveló esta semana las cifras de decesos del primer semestre de 2016.
El informe indica que en Centroamérica, más de 200 personas han muerto en este periodo en su intento de llegar a Estados Unidos, aunque el informe de la OIM asume que debe haber muchas más víctimas sin registrar.
La mayoría murieron al caer del tren que cruza México, conocido como “La Bestia”. No obstante el porcentaje ha descendido considerablemente respecto al año anterior.
En 2015, el 60 por ciento de los fallecidos en Centroamérica perdieron la vida en accidentes relacionados con el tren, mientras que esa cifra ha descendido este año al 37 por ciento.
Muchos de los peligros se presentan por el resultado del viaje del tren en sí y el proceso de subir a bordo y bajar de los trenes en movimiento. Dado que los inmigrantes abordan entre 10 y 15 trenes durante su viaje de 1450 millas, que normalmente comienza en Arriaga, Chiapas, las posibilidades de sufrir una lesión importante son altas incluso antes de llegar a la estación Lechería en la ciudad de México, que sirve como una especie de punto intermedio antes de que la ruta del tren se disperse en varias direcciones que se dirigen cerca a diferentes puntos en la frontera con Estados Unidos.
No es extraño visitar casas de reposo y clínicas voluntarias donde los inmigrantes con extremidades perdidas están recuperándose de los accidentes ferroviarios. A menudo los inmigrantes duermen mientras van encima de los trenes y son sacudidos hacia las vías donde muchos se mueren al instante por decapitación, hemorragia y conmoción. Porque los accidentes ocurren a menudo en la oscuridad de la noche y en las zonas rurales, las víctimas la mayoría de las veces no se encuentran inmediatamente. Si sobreviven a la caída, entonces deben esperar por ayuda porque los trenes no se detienen. Después de perder las extremidades en los accidentes del tren de carga, sobrevivientes muchas veces sienten vergüenza de regresar a sus países de origen porque ya no podrán ayudar a sus familias y están en circunstancias más graves de las que estaban inicialmente. Aparte de aguantar el movimiento de los trenes, cansancio físico y las condiciones climáticas extremas que vienen con este viaje, los inmigrantes también deben soportar el estrés emocional. Es decir, estar separado de la familia, viajar solo y tener un sistema de apoyo limitado también es perjudicial para la salud y el bienestar mental de los inmigrantes.