SAN SALVADOR, El Salvador (AP) — La tasa de homicidios en El Salvador, uno de los países más violentos del mundo, disminuyó en septiembre tras los esfuerzos del gobierno para perseguir a las pandillas, informaron el lunes las autoridades.
El mes concluyó con 344 homicidios, 341 menos que los registrados en el mismo mes de 2015, indicó en conferencia de prensa el comisionado Howard Cotto, director de la Policía Nacional Civil.
“Si nosotros comparamos septiembre con el mes de agosto de este año también hay una reducción importante del 25%”, agregó.
Cotto expresó su satisfacción por los resultados positivos en la lucha contra la delincuencia en los 10 municipios donde se venían registrando mayores hechos de violencia.
Para combatir a las maras el gobierno puso en marcha en abril una serie de medidas extraordinarias como el estado de emergencia en siete cárceles y aisló a sus cabecillas para evitar que desde prisión sigan ordenando homicidios, extorsiones y otros delitos.
También desplegó un contingente de policías y militares para recuperar y controlar los territorios con mayor asedio de las pandillas y unidades de élite equipadas con fusiles M-16, camiones blindados y apoyadas por helicópteros fueron enviadas a perseguir a las pandillas que migraron a las zonas rurales, donde se han registrado varios enfrentamientos.
Cotto informó un incremento de los tiroteos con las pandillas que “durante este año es evidente, porque la cifra ha crecido en 91 casos. Hasta el 1 de octubre del año pasado teníamos 378 intercambios y hasta este momento del año llevamos 469”.
A su vez indicó que en lo que va del año se han decomisado 2,075 armas de fuego y que en los enfrentamientos 429 pandilleros murieron y 234 fueron detenidos.
El jefe policial destacó que en septiembre también fueron capturados un miembro de la Policía Nacional, una trabajadora de un tribunal de la ciudad de Zacatecoluca, dos miembros de la Policía Municipal de esa misma ciudad y dos soldados vinculados con las pandillas.
Según las autoridades, las pandillas establecidas en populosos barrios y comunidades integradas por más de 70,000 jóvenes y adultos son responsables de la mayoría de los crímenes que se cometen en el país. Más de 13,000 pandilleros están presos y sus cabecillas han sido enviados a un penal de máxima seguridad donde permanecen totalmente aislados y no se les permiten visitas.