A. Garcia / El Sol

Jesse Troncoso posa junto algunas de las decoracions de Halloween en su casa.

Esqueletos, calaveras, payasos ensangrentados y siniestros, brujas, cadáveres y demonios están por toda la entrada de una casa en la cuadra 13200 de la calle Vaughn entre la ciudad de San Fernando y Pacoima.

Es un despliegue macabro que atemoriza y deleita a los que pasan por el lugar, especialmente a los niños que asisten a las varias escuelas Vaughn cercanas. Los chicos se paran y miran con atención, atraídos por el ambiente tenebroso.

La decoración siniestra es una tradición para la familia Troncoso, un faro de encantamiento en el Día de las Brujas (Halloween) en el vecindario. Todo el mundo sabe que está es la casa para ver en esta época del año.

Todo empezó con Maria Nuñez, la madre de Rosa Troncoso, quien ahora ha pasado la tradición a sus cuatro hijos.

“Ella siempre se vestía de bruja”, dijo Troncoso sobre su madre, quien falleció hace unos años.

“Cuando era una niña, todo esto me daba miedo. Pero (cuando crecí) me terminó gustando”, dice mientras apunta a todos los artículos siniestros a su alrededor; la canción de la película “Halloween” se escucha en unos parlantes, poniéndole un toque adicional al ambiente.

Decoraciones de Halloween

La familia entera ayuda a decorar la casa para Halloween. El despliegue cambia cada año. Le pueden añadir o quitar algo — una cabeza desmembrada, una rata, cuchillos llenos de sangre. Todo es por diversión.

Este año, algunas de las atracciones principales tienen que ver con payasos siniestros. Hay un par afuera y dos dentro de un auto estacionado en medio del despliegue. Dos cadáveres están colocados frente al vehículo. Uno está cubierto con una bolsa de plástico, otro semienterrado.

“Sé que (los payasos) es algo popular ahora. Pero ponemos lo que se nos viene a la cabeza”, dijo Troncoso sobre los múltiples reportes de payasos tenebrosos que ha habido alrededor del país, incluyendo Los Angeles.

Los preparativos comienzan temprano; la primera semana de Octubre.

Ella indicó que la decoración empezó a crecer lentamente. Al principio eran apenas unos objetos en el porche de la casa. Luego se expandió al jardín delantero y el acceso a los autos.

Por al menos cuatro años también crearon un laberinto de Casa Embrujada, similar a los que se encuentran en los parques de diversiones. Esa atracción cubría todo el frente de la casa, tenía varios cuartos y sus hijos mayores y sus amigos se encargaban de asustar a todos los que se internaban en el. Pero no lo organizaron este año. Simplemente se volvió demasiado grande y estaba casi fuera de control. Había filas afuera de la casa esperando pasar y algunos chicos traviesos robaron máscaras y otros artículos.

Pero la tradición de Halloween continúa y todos en la casa de los Troncoso se aprestan para disfrutar de ella.

Troncoso y todos sus hijos se visten con disfraces para la ocasión. Troncoso, de 42 años, ha sido una prisionera, un payaso, una mosca y un demonio. Nunca ha sido una bruja, dice. Todavía no encuentra un disfraz para este año.

“La misma gente viene año tras año porque saben de esto (de la decoración)”, dice Jesse. “Nos dicen ‘hicieron un buen trabajo'”, aún aquellos que pasan en camino a las varias iglesias que se encuentran cerca.

“Les da miedo, pero también les gusta”, dijo Troncoso.

Para Jesse, el Halloween es algo “emocionante”.

“Me gusta. Me gusta asustar a la gente”, dijo este joven de 20 años, quien se disfrazará de payaso siniestro.

“Estoy pensando en ser un Jack in the Box y salir de la caja”, explicó.

La diversión y los sustos comienza temprano en Halloween, una vez obscurece.

“Empezamos a dar dulces” — dulces buenos — enfatiza Jesse.

Y sigue así hasta que termina el “trick or treating”, dice Troncoso.

Eso significa que usualmente están levantados hasta las 10 y hasta las 11 p.m. 

Pero no hay problema. Halloween es la celebración más grande en la casa. Es cuando le ponen más ahínco a la decoración.

Sí ponen algunas decoraciones navideñas, pero “somos más de Halloween que de Navidad. Esto es la Navidad para nosotros”, dijo Troncoso de lo mucho que se esmeran en asustar y deleitar a sus vecinos.

Los Orígenes del Halloween

El próximo lunes 31 de Octubre, niños, jóvenes y hasta adultos se vestirán como vampiros, brujas y con todo tipo de disfraces para tomar parte en otro Halloween (Día de las Brujas), una tradición que se remonta a hace varios siglos.

Una abreviación de All Hallows’ Evening (Noche Consagrada), Halloween tiene sus orígenes en el festival Celta conocido como Samhain, una celebración pagana de la cosecha en el Reino Unido. Los Celtas creían que el 31 de Octubre, el mundo de los vivos y los muertos se entrelazaban y los fallecidos regresaban a la vida.

El festival a menudo incluía fogatas y se usaban máscaras y disfraces para representar los espíritus malignos o apaciguarlos.

Con el paso del tiempo, la tradición evolucionó y se añadieron cosas, especialmente el “trick or treating” (truco o trato), que empezó en la Era Mediavel y es similar a la práctica de “souling”, cuando los pobres iban de casa en casa en Hallowmas (el 1 de Noviembre) recibiendo comida a cambio de ofrecer plegarias por los muertos (el 2 de Noviembre).

Los irlándeses y otros inmigrantes trajeron la tradición a Estados Unidos, donde perdura hasta hoy en día.

SUGERENCIAS DE SEGURIDAD

  • Camine por la banqueta y nunca cruce por medio de jardines o en salidas de auto. Obedezca todas las señales de tránsito cuando cruce la calle.
  • Los disfraces deben ser resistentes a las llamas y de tamaño apropiado. Las máscaras, pinturas o sombreros no deben obstruir la visión de los niños. Los disfraces que sean muy largos pueden hacer caer a los menores, así que ajústeles cuando sea necesario.
  • Los disfraces de colores brillantes hacen más fácil que los niños sean vistos al anochecer o en la oscuridad. Añada cinta reflectiva a los disfraces y bolsas para agregar mayor visibilidad.
  • Vista zapatos fuertes y cómodos, resistentes a las resbaladas.
  • Los niños solo deberían visitar casas que están bien iluminadas.
  • Tanto menores como padres deberían llevar linternas para ver y ser vistos.

Fuente: Academia Americana de Cirujanos Ortopédicos y la Sociedad Ortopédica Pediátrica de Norte América.