SAN SALVADOR, El Salvador (AP) — El incremento de ataques mortales contra la Policía Nacional Civil y miembros de las fuerzas armadas provocó que las autoridades elevaran las medidas de seguridad para todos los miembros de las instituciones involucradas.

El objetivo es combatir estas estructuras criminales, informó el martes el vicepresidente de la República, Oscar Ortiz.

Presuntos pandilleros asesinaron el martes a un agente de la policía nacional y a un soldado de las fuerzas armadas. Los crímenes ocurrieron en diferentes puntos del país.

En lo que va del año, 39 policías han sido asesinados. En su mayoría, al encontrarse de licencia.

Entre las víctimas también hubo un guardia de penales y 19 militares. Las autoridades atribuyen a las pandillas las muertes de 62 policías, 17 militares, seis guardias de centros penales y un fiscal en 2015.

“En el gabinete de seguridad hemos decidido elevar todas las medidas, todo el sistema de alerta a los 23,000 miembros de la policía y de nuestras fuerzas armadas, sobre todo porque están siendo atacados en forma traicionera cuando están de licencia”, manifestó Ortiz.

La última víctima fue un agente identificado como Oscar Antonio Salazar López, quien fue encontrado en una zona rural del municipio de Santa Ana, al occidente del país.

Según las autoridades, la víctima tenía un saco de nylon en la cabeza y se cree que pudo morir por asfixia, ya que no presentaba ninguna lesión. El agente habría sido privado de la libertad en la ciudad de Santa Ana, a 56 kilómetros al oeste de la capital, y fue llevado a una zona rural de la zona donde lo asesinaron.

Las autoridades también reportaron que el soldado José Paz Cenizales Hernández fue secuestrado y decapitado por presuntos pandilleros de la Mara Salvatrucha en el cantón El Carrizal, del municipio San Simón, departamento de Morazán a 168 kilómetros al nordeste de la capital.

El soldado de la Tercera Brigada de Infantería de la Ciudad de San Miguel fue atacado mientras esperaba abordar el autobús que lo trasladaría hasta la ciudad de San Miguel.

“Estamos pagando un costo alto por esta cruzada, pero sabíamos que no iba a ser fácil”, agregó el vicepresidente. Sin embargo, aseguró que no va a parar. “Vamos a seguir golpeando el crimen de manera estratégica”.