Tres policías murieron en Guatemala en nueve ataques simultáneos que las autoridades atribuyeron a pandilleros.

Jorge Aguilar, vocero de la Policía Nacional Civil, dijo el martes que los ataques también dejaron varios heridos y detenidos. “Vamos a continuar con los operativos y a detener a estos pandilleros cobardes”, agregó el vocero policial.

Los ataques se produjeron entre el lunes por la noche y la madrugada del martes en varias zonas de la capital guatemalteca y en el departamento de Quetzaltenango al oriente del país. Tres policías resultaron muertos y la policía informó que 13 supuestos pandilleros fueron detenidos, a quienes se les decomisó un lanza granadas, cinco fusiles de asalto, cuatro pistolas, tres vehículos, dos chalecos blindados y una motocicleta.

Según la policía, los ataques tendrían relación con la toma del control por parte de las autoridades de un centro correccional para menores, donde también había adultos, en el que se habían amotinado pandilleros de la Mara 18.

El motín comenzó el domingo cuando los pandilleros mataron a dos celadores y retuvieron a cinco. El lunes liberaron a un rehén a cambio de comida pero luego de 30 horas de negociación, durante las que amenazaron con matar a los rehenes, la policía los liberó. Dos de los retenidos murieron en el hospital a causa de las heridas que los pandilleros les habrían hecho, elevando el número de muertos a cuatro.

El martes, al menos 20 de los 45 pandilleros que se amotinaron fueron escuchados por un juez, quien los ligó a proceso por los delitos de asesinato, asesinato en grado de tentativa, asociación ilícita y amotinamiento.

El incidente ocurrió menos de 15 días después de que un incendio en un hogar estatal para menores matara a 40 niñas. Las menores se amotinaron, fugaron y fueron recapturadas tras denunciar que eran víctimas de maltrato y abuso por parte de los encargados del lugar. Luego de recapturar a las niñas, éstas fueron encerradas en un aula durante más de ocho horas sin acceso a servicios sanitarios, por lo que quemaron las colchonetas en las que dormían.