Jim Davis

 Fue un grupo de Tigers hambrientos y cansados, pero felices los que llegaron al muelle de Santa Monica el domingo 19 de Marzo.No estaban ahí para una visita o ir de comprar. En cambio, los 14 estudiantes de la secundaria San Fernando y tres instructores terminaban la edición 32 de la Maratón de Los Angeles, que había empezado 26 millas antes en el Estadio de los Dodgers cerca del centro de la ciudad.

Y sí, los 14 alumnos— Jennie Abaraca, Anthony Alfaro, Luis Almanza, las hermanas Brenda y Cynthia Guardado, Ricardo Márquez, Ivan Martínez, Jennifer Mejía, Nancy Méndez, Isaac Quiroz, Fernando Ramírez, Paul Ramírez (ninguna relación), Natalie Vargas y John Villalvazo — completaron la carrera, incluyendo siete estudiantes que corrían en su primera maratón.  

“Estoy tan orgulloso de ellos,” dijo Deo Jaravata, quien junto con Vilma López y Earl Nino, fueron los maestros de la secundaria San Fernando que también corrieron y terminaron la competencia.

Jaravata, un maestro de matemáticas que también es un corredor de caminatas y ha participado en 20 maratones de Los Angeles desde 1996, empezó en Septiembre con 40 estudiantes interesados en correr la maratón a través del programa caritativo Students Run LA, que provee materiales para los siete meses de entrenamiento que requiere preparar a corredores sin experiencia para la competencia. Empezaron desarrollando la fuerza y resistencia de los estudiantes durante siete meses con carreras de 5K y 10K, y una media maratón (13.1 millas).

Para cuando llegó la Maratón de Los Angeles, Jaravata, López y Nino tenían a 14 corredores listos para la competencia.

Aunque Jaravata logró que los estudiantes pusieran tiempos respetables – Almanza (quien es parte del equipo de atletismo) terminó en 3:55 en su primer maratón – esto no tenía que ver con el tiempo para terminar la competencia. Para los alumnos, se trataba de ponerse un objetivo y lograrlo, sin importar el tiempo que necesitaran para hacerlo y el dolor que sufrieron a lo largo del camino.

Por eso es que no sorprende que todos estuvieran llenos de alegría con sus medallas alrededor del cuello cuando regresaron a la escuela el lunes 20 de Marzo, a pesar de todavía sentir un poco de molestias musculares.”Mis amigos me dijeron que podía hacer esto, entonces pensé ‘¿por qué no?'”, dijo Márquez, de 18 años, quien ha participado en eventos de 800 y 1,500 metros con el equipo de atletismo de los Tigers. Esta era su primer maratón.”Cuando llegamos a la milla 20 sí ‘me topé con la pared’ – en referencia al nivel de cansancio que hace que algunos corredorres se detengan – y pensé ‘Esto sí duele’. Pero me dije a mí misma que necesitaba terminar. Y fue divertido. Pero realmente te alegras cuando terminas”.

Y qué hizo Márquez al terminar.”Fui a mi casa y me desplomé”, dijo, riendo.Vargas, de 16 años, entrenó y corrió la maratón en 2015 cuando estaba en el octavo grado.

“Pensé que iba a dejar el entrenamiento dos semanas después que empezaron las prácticas”, dijo ella. “Pero es algo que tú debes querer hacer por tí misma”.Abarca, de 17 años, pensó en su primer año en la escuela que quería ser parte del equipo de atletismo, pero no lo hizo. Luego un amigo le contó sobre Students Run LA y ella decidió probar.

La del domingo fue su tercer Maratón de Los Ángeles.

“El recorrido fue un poco diferente esta vez…pero fue una carrera cómoda porque no estaba tan caliente como la última vez”, dijo ella. “Eso fue una gran diferencia”.Abarca tuvo que luchar contra calambres en sus piernas al final de las 26.2 millas, pero estaba comprometida a terminar. Ella quiere correr el evento otra vez. “Si tengo la oportunidad. Quizá pague el próximo año para hacerlo otra vez”.

Villalvazo, de 18 años, ya tiene cuatro maratones en su experiencia. Esta competencia fue especial para él porque estuvo involucrado en un accidente de motocicleta el año pasado, se lesionó la espalda y tuvo que parar dos meses durante el entrenamiento.

Pero no le fue difícil regresar a la rutina de prepararse para el evento.”Se trata de ser consistente”, dijo Villalvazo. “No diría que soy la persona más saludable cuando se trata de comer y beber suficiente agua, pero siempre fui a las prácticas, y siempre intenté”, dijo.

Una de las cosas más duras, dijo, es mantener tu mente ocupada a través de la carrera, que le toma a algunos participantes hasta seis meses para completar.

“La primera vez fue una verdadero reto, porque empiezas a pensar ‘ya no quiero correr más’. Pero aprendí a pensar en cosas fuera de la carrera – las tareas de la escuela que debía hacer, otras cosas que me gustaría probar, o correr junto a alguien”.

Este año corrió con música, escuchando a una mezcla de música hip-hop y country “con ritmos rápidos y lentos y seguía el ritmo”.Todo el camino hasta la meta.