SAN ANTONIO (AP) — A continuación presentamos las últimas noticias sobre los fallecimientos de 10 personas cuyos cadáveres fueron hallados en un camión de carga con remolque en un estacionamiento de un Walmart en San Antonio.

La diplomática guatemalteca Cristy Andrino dice que entre los fallecidos se encuentra un joven de 19 años de Guatemala, el cual había sido deportado y quería regresar a Maryland para reunirse con su familia.

Andrino dijo que las huellas digitales de Frank Guisseppe Fuentes estaban en el sistema porque anteriormente había sido deportado. La diplomática comentó que “así fue como supieron tan rápido a quién pertenecía el cuerpo”.

Cristy Andrino dijo que Fuentes nació en Guatemala pero inmigró a Estados Unidos desde que era niño. Sus padres están en el país norteamericano de forma ilegal y no le han dado a ella instrucciones sobre qué hacer con el cuerpo. Dijo que temen que agentes del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas de Estados Unidos vayan tras ellos si reclaman el cadáver.

El abogado de inmigración Jacob Monty, quien labora en Houston, dijo que la deportación podría haber impedido que Fuentes regresara al país de forma legal. Explicó que en su caso se refleja “el tipo de persona desesperada y sin esperanza que se va a meter al remolque de un camión”.

Un legislador dijo que el camión de carga con remolque lleno de decenas de inmigrantes en el que 10 de ellos murieron pasó por un retén de la Patrulla Fronteriza unas dos horas antes de que fuera encontrado en un estacionamiento de un Walmart en San Antonio.

El representante Henry Cuellar dijo el martes que fuerzas policiales le informaron que el camión conducido por James Matthew Bradley Jr. pasó por el puesto de control de la interestatal 35 en el norte de Laredo alrededor de las 10 de la noche del sábado. La policía llegó al estacionamiento del Walmart a las 12:23 de la madrugada del domingo.

Cuellar dijo que no sabía si los inmigrantes que intentaron cruzar a Estados Unidos ilegalmente estaban en el camión antes o después de que cruzó el puesto de control.

El puesto está a 46 kilómetros (29 millas) al norte de la frontera, a lo largo de la carretera que une a Laredo con San Antonio, una ruta primaria para unir el norte y el sur de Estados Unidos. La estación está equipada con lectores de matrículas y perros que olfatean vehículos que se dirigen al norte.

Una portavoz de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza no contestó un mensaje en el que se le solicitaron comentarios al respecto.

El estado de Florida le había suspendido la licencia de manejo a un conductor de carga tres meses antes de que fuera arrestado por conducir un camión con remolque tan sofocante y atestado de inmigrantes que 10 murieron.

Alexis Bakofsky, portavoz del Departamento de Seguridad de Carreteras y Vehículos Motorizados de Florida, confirmó el martes que la agencia le retiró a James Matthew Bradley Jr., de 60 años, sus privilegios comerciales para conducir en abril debido a que no entregó su tarjeta de datos médicos actualizada. La ley federal requiere que los conductores comerciales presenten la tarjeta con el fin de que demuestren que están en buena condición física para la carretera.

El historial de manejo de Bradley muestra que se le otorgó una licencia de conducir en Florida en 2004. Bakofsky afirmó que la licencia fue inhabilitada indefinidamente. Hubiera sido ilegal que el chofer tuviera una segunda licencia de otro estado, agregó.

Bradley enfrenta cargos por transportar ilegalmente a inmigrantes, lo que resultó en la muerte de algunos, para obtener un beneficio económico. Los inmigrantes fueron encontrados dentro de su camión afuera de un Walmart en San Antonio.

Pánico, llanto y desesperación

Al menos 90 inmigrantes viajaban apiñados en total oscuridad dentro del remolque de un camión de carga que había emprendido un trayecto de 225 kilómetros (140 millas) bajo un intenso calor desde la localidad fronteriza de Laredo a San Antonio, ambas en Texas.

No había pasado mucho tiempo y los pasajeros, que sudaban copiosamente debido a las altas temperaturas, comenzaron a gritar y suplicar que les dieran agua. Los niños lloraban también.

Las personas se turnaron para respirar por un solo hueco que había en una de las paredes del remolque. Golpeaban los lados del remolque y gritaban para llamar la atención del conductor. Después comenzaron a desmayarse.

Para cuando la policía llegó al lugar donde el camión de carga se encontraba estacionado en un Walmart en San Antonio, alrededor de las 12:30 del domingo, los agentes echaron un vistazo al remolque. Ocho de los pasajeros estaban muertos y dos más fallecerían después en lo que fue un fallido intento de contrabando de inmigrantes que terminó en tragedia.

Un sobreviviente mexicano relató los detalles de este calvario así como en una denuncia penal federal presentada contra el conductor, James Matthew Bradley, quien podría enfrentar la pena de muerte por el fallecimiento de las 10 personas.

“Después de una hora escuchaba que lloraban, pedían agua. Y yo también sudaba. Toda la gente se desesperaba. Y después perdimos la conciencia”, dijo Adan Lara Vega desde la cama de un hospital.

Además de los muertos, otros 20 rescatados fueron llevados a hospitales en malas condiciones físicas, muchos con deshidratación extrema y síntomas de insolación.

La Secretaría de Relaciones Exteriores de México dijo el lunes en la noche en un comunicado que según información preliminar, 25 de los inmigrantes que iban en el remolque eran mexicanos.

Cuatro de los fallecidos y 21 de los hospitalizados son mexicanos, según el comunicado. Otros de los inmigrantes procedían de Guatemala.

Muchos de los inmigrantes habían contratado a traficantes de personas, quienes los pasaron a través de la frontera hacia Estados Unidos, los escondieron en casas y luego los pusieron a bordo del camión para el trayecto hacia el norte, según los relatos dados a los investigadores.

“Aun cuando el conductor está detenido, les puedo garantizar que hay muchas más personas a las que buscaremos para llevarlas a tribunales”, dijo Thomas Homan, director interino del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE por sus iniciales en inglés).

Bradley dijo a las autoridades que el tráiler había sido vendido y lo trasladaba para su empleador de Iowa a Brownsville, Texas. Después de escuchar los gritos y golpes, abrió la puerta y se “sorprendió cuando personas ‘que hablaban español’ y lo arrollaron tumbándolo al piso cuando echaron a correr”, de acuerdo con la denuncia.

Bradley señaló que no llamó al número de emergencias 911, aun cuando vio que al menos uno de los viajeros estaba muerto.

Bradley dijo a los investigadores que sabía que el sistema de refrigeración del camión no funcionaba y que los cuatro hoyos de ventilación posiblemente estaban obstruidos.

El camión tenía matrícula de Iowa y estaba registrado con la compañía Pyle Transportation Inc., de Schaller, Iowa. El presidente de la firma, Brian Pyle, dijo que había vendido el camión de carga con remolque a alguien en México y que Bradley debía entregarlo en un punto de encuentro en Brownsville.

“Realmente lamento mucho que haya sucedido. Lo lamento mucho. Consterna. Lamento que mi nombre estuviera ahí”, dijo Pyle en referencia al camión. Dijo que no tenía idea porqué Bradley dio el rodeo que describió a los investigadores.

Bradley le dijo a los investigadores que se detuvo en Laredo _que queda fuera del camino directo a Brownsville_ para que lavaran el tráiler antes de recorrer 240 kilómetros (150 millas) a San Antonio. De ahí, tendría que conducir nuevamente al sur 440 kilómetros (275 millas) a Brownsville.