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NEW HAVEN, Connecticut, EE.UU. (AP) — Un ecuatoriano radicado en Connecticut se convirtió el martes en la segunda persona este verano en refugiarse en una iglesia de New Haven para evitar la deportación.

Marco Reyes, un padre de tres hijos que ingresó a Estados Unidos ilegalmente en 1997 y ha estado viviendo en Meridien, tenía que abordar un avión hacia Ecuador, pero en lugar de ello se refugió en la Iglesia Metodista Unida First & Summerfield.

Durante una conferencia de prensa en el templo en la noche, Reyes indicó que no viajó por motivos de seguridad.

Quienes lo apoyan dicen que uno de sus familiares fue asesinado recientemente en Ecuador y él teme por su vida si es enviado de regreso.

El mes pasado, funcionarios del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) acordaron reconsiderar el caso de Nury Chavarría, una mujer que ha estado viviendo en Norwalk, después de que se refugió en la Iglesia de Dios Pentecostal en New Haven para evitar ser deportada a Guatemala.

El ICE ha tenido como política que sus agentes no ingresen a los templos a hacer arrestos, salvo que un supervisor les dé órdenes específicas al respecto.

Unas 800 iglesias de Estados Unidos han acordado convertirse en santuario para los inmigrantes, un incremento en comparación con las 400 que había hace un año, según la organización Church World Service, que ayuda a los inmigrantes a obtener estatus legal en el país.

Erin O’Neil Baker, abogada de Reyes, dijo que apeló ante la Junta de Apelaciones de Inmigración para que reabra el caso de su cliente.

El senador demócrata Richard Blumenthal consideró que Reyes merece una audiencia en torno a esa apelación antes de que se tome una decisión final sobre si será deportado o no.

“El ICE debería enfocarse en personas que representan una amenaza para Estados Unidos, personas con antecedentes penales, personas que amenazan a la comunidad, no personas como Marco Reyes”, afirmó Blumenthal.

El ICE dijo en un comunicado que a Reyes se le han concedido numerosos permisos temporales para permanecer en Estados Unidos con el fin de permitirle apelar una orden de deportación de 2009, pero se le ordenó que saliera del país cuando la Junta rechazó su último recurso de apelación.

“Las órdenes de un juez federal de inmigración no pueden ser ignoradas”, dijo Shawn Neudaur, vocero del ICE.

Detalló que la agencia “y las cortes pueden retrasar la ejecución de una orden para asegurar que todos los procesos legales aplicables y posibles beneficios se sigan y/o revisen, lo cual ocurrió en este caso. Sin embargo, después de que esas opciones legales se agoten, el ICE aún debe ejecutar la orden del juez en ausencia de cualquier otro factor de mitigación”.