EL PARTIDO DE LA SEMANA

Las temporadas malas son inevitables en los deportes, no importan cuán exitoso sean un programa. Así que quizá ya le tocaba a Arleta. Antes del año pasado, el único año perdedor para los Mustangs fue en 2007 – el primero del equipo jugando a nivel de varsity.

Eso no hizo las cosas más fácil en la temporada 2016. Las cosas empezaron mal cuando perdieron al mejor jugador de Arleta, E.J. Gable, por un tobillo izquierdo fracturado durante las prácticas de verano. 

“No quieres que la pérdida de un chico afecte a todo el equipo”, dijo el entrenador Bill Coan. “Pero era nuestro líder emocional, y los chicos se desilusionaron con eso. Nunca pudimos recuperarnos totalmente de eso”.

Y cuando empezó la temporada regular, y las derrotas empezaron a acumularse, una combinación de inercia e indiferencia pusieron al programa a la baja. Oponentes de la liga East Valley como Grant, Chavez, North Hollywood y Verdugo Hills, a quienes Arleta había atormentado regularmente a través de los años, se dieron el gusto de apabullar a los Mustangs.

El récord final fue de 4-7, y la única razón por la que Arleta entró a los playoffs de la División I de la City Section fue porque dos equipos que debieron haber sido seleccionados antes que ellos decidieron no avanzar a la postemporada.

“Fue triste. Pero esas cosas suceden”, dijo Coan al recordar el año pasado. “Ya que Arleta había estado arriba por tanto tiempo, cuando tuvimos un año bajo todo el mundo quería tomar ventaja de eso. No los culpo. Lo recordaremos, pero no culpo a equipos por marcar la forma en que lo hicieron. Hicieron lo que tenían que hacer. Y fue nuestra culpa por no detenerlos”.

Para cuando llegó el partido de los playoffs – una derrota de 85-7 contra el eventual campeón de la División I, Narbonne de Harbor City – muchos jugadores no podían esperar el final de la temporada. 

“Es como si no hubiera corazón”, dijo el fullback Christian Carrera, de 17 años. “Para algunos de nosotros que amamos el deporte, fue duro verlo porque algunos de los compañeros estaban ahí para nomás hacer las cosas y portar el uniforme. Otros están dándolo todo, pero fue duro cuando ves a alguien (que no juegue fuerte)…”

La temporada 2017 empezó mucho mejor. El 25 de Agosto, Arleta derrotó fácilmente a la secundaria Fremont de Los Angeles por marcador de 41-6. Gable – que todavía tiene varios tornillos en su tobillo izquierdo para mantenerlo estable – marcó cinco touchdowns en carreras de 12, 9, 61, 1 y 44 yardas, respectivamente. El chico, que mide 5’5″ de estatura y pesa 142 libras, terminó con 171 yardas en 11 cargadas. En la defensa, Gable tuvo una intercepción que retornó para 61 yardas. 

Los fanáticos de los Mustangs tuvieron flashbacks de cuando el hermano mayor de Gable, Isaiah (ahora con Sacramento State)  jugaba con el equipo en 2015 y atravesaba a oponentes para conseguir 1,617 yardas terrestres – la segunda acumulación más alta por temporada en la historia del equipo – y 29 touchdowns en el equipo que tuvo marca de 12-1 en la temporada y que llegó a las semifinales de la División I de la City Section.  

Pero Gable, aunque esta orgulloso de su hermano, quiere que lo conozcan por sus propios méritos en la cancha. Esta ansioso de recuperar lo perdido el año pasado y ayudar a restaurar el brillo del programa.

“El año pasado fue duro no solo porque perdíamos, pero también porque no jugaba el deporte que amo”, dijo Gable, de 17 años. “Fue la primera vez que estuve lesionado y no pude jugar toda la temporada”. 

“Estaba un poco nervioso al principio (contra Fremont). Pero en mi primera cargada fue como ‘bueno, ya es hora. Estoy de regreso'”.

Al igual que Gable, la gran mayoría de los jugadores titulares de Arleta este año son estudiantes de tercer año y el mejor desempeño de este equipo quizá venga el año entrante. Pero Coan no cree que este grupo de Mustangs necesite una maduración a largo tiempo para ser competitivo.

“Es bueno ver que todo el mundo tiene oportunidad en la División I ya que ahora existe la División Open donde tomarán a (los ocho mejores equipos)”, dijo el entrenador. “Me imagino que muchos de ellos serán de las ligas Marine y Coliseum que atraen una diferente base de talento”.

“Pero estamos confiados. Es un grupo mucho mejor (que el del año pasado). Tenemos más profundidad que el año pasado, y parecen tener más energía en los entrenamientos. Al final de las prácticas sigo encendido, el año pasado estaba cansado por toda la energía que había sacado. Me lleno de la energía así como ellos se llenan de la mía. Hasta hoy, es un año muy emocionante”.

Una vez más Coan es cauteloso y dice que el partido contra Fremont solo es el primer encuentro. Todavía hay cosas que solucionar. Actualmente Coan y sus entrenadores quieren levantar la eficacia del quarterback Victor Espinoza en los pases. En el juego de apertura, Espinoza completó un paso (en cuatro intentos) para 12 yardas. El juego de pase no se necesitó contra Fremont, pero sí será necesario a medida que avance la temporada. 

“Espinoza tiene que tener más confianza en lanzar (el balón)”, dice Coan, agregando que la lesión que sostuvo el quarterback mientras jugaba en el equipo de junior varsity el año pasado ha retrasado su progreso. “Todo esto es nuevo para él. Tenemos a los receptores. Solo tiene que tener un poco más de confianza y estar cómodo de lanzar el balón”.

Aún así, obtener la primer victoria temprano hizo mucho para empezar a lavar los malos recuerdos de 2016 para Carrera, quien corrió para 37 yardas en ocho cargadas cuando no estaba bloqueando para Gable.

“Algunas personas pensaron que iba a ser el mismo tipo de año otra vez”, expresó. “Pero estamos aquí para probar algo diferente. Todavía estamos nerviosos. Estamos más seguros de nuestros linemen, y todo el mundo tiene corazón ahora – queremos ganar. Es más intenso. Y se siente muy bien”.

Gable está de acuerdo y alaba efusivamente la línea ofensiva por la forma que crearon espacios para que él corriera. 

“Podría ser mucho mejor que el año pasado”, dijo. “Estamos mucho más avanzados en nuestra línea. Sin ellos, no podemos hacer nada. Pero ellos son mucho más rápidos que el año pasado, más disciplinados. Saben que hacer. Cuando llega el partido, están dispuestos a hacer el trabajo para que nosotros hagamos jugadas, y nos dan el tiempo para hacer lo que tenemos que hacer en la parte trasera. Hay mucho por que estar emocionado este año”.

En particular porque este año no es el año pasado.