Douglas Melendez, fiscal de la República.

SAN SALVADOR (AP) – A pesar de haber recibido amenazas de muerte, el Fiscal General salvadoreño Douglas Meléndez no abandonará su cargo. 

Según explicó el lunes durante una entrevista con una televisora local, quienes lo amedrentaron le dieron hasta el 15 de agosto para dejar el país y renunciar, pero Meléndez denunció públicamente los hechos hasta hoy. 

“Dicen que he jalado mal las pitas y que si sigo haciendo eso me van a matar, pero amenazan también a mi familia”, dijo. Aclaró que las amenazas están siendo investigadas y sólo identificó a los agresores como “un grupo, una estructura”. 

Meléndez aseguró que las amenazas derivan de su trabajo para combatir el crimen organizado, el narcotráfico, las extorsiones y la corrupción en El Salvador, pero advirtió que seguiría “haciendo los esfuerzos necesarios” incluso “a costa de mi integridad”. 

Agregó que cuando se comenzó a aplicar la Ley de Extinción de Dominio a narcotraficantes y a pandillas -que permite despojarlos de bienes y activos obtenidos ilegalmente- “todo estaba bien, eran felicitaciones”, pero que cuando empezaron a involucrar a “funcionarios, lavadores y políticos”, empresarios y miembros de la política se unieron para reformar la ley, que luego detuvo la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia. 

El jefe del ministerio Público también expresó su preocupación por el incremento de la violencia, en su mayoría generada por las maras o pandillas. Dijo que la Policía Nacional Civil está “demasiada infiltrada” y están capturando policías involucrados en diversos delitos que incluso los vinculan con pandillas y que éstas siguen asesinando ciudadanos, policías, custodios de las cárceles y otras personas que involucradas en la preservación de la seguridad en el país. 

Finalmente denunció que la semana anterior interceptaron presuntas órdenes de los cabecillas de las pandillas para atentar contra custodios de las cárceles y llamó a las autoridades a tomar las precauciones del caso.