Chaminade Se Enfrenta a un Duro Examen en Contra de St. John Bosco

Un cambio de 180 grados en las fortunas futbolísticas de un equipo pueden llegar súbitamente de una infusión dinámica de nueva sangre proveniente de los miembros de la escuadra de junior varsity, o de transferencias ansiosas de un nuevo desafío. También puede tomar más tiempo, con una reconstrucción o restauración que avanza pieza por pieza.

Y a veces es una combinación de ambas.

En 2011, equipo Regents de Reseda fueron promovidos de la División II a la I en la City Section, una promoción que no era apropiada en cuanto al nivel de habilidades y fuerza necesaria para competir.

Después de cuatro años de pocos o nulos éxitos – y otra movida hacia la División III – los Regents consiguieron 11 triunfos en 2016, y llegaron hasta el partido por el título de la División III de la City Section (donde perdieron contra Franklin).

Reseda fue regresado el año pasado a la División II. Y los Regents, hasta la fecha, no han mostrado señales de reducir su impulso.

La victoria de 30-14 sobre Chavez el 1 de Septiembre mejoró el récord de Reseda esta temporada a 2-0. A pesar de algunos momentos al principio del encuentro donde la ofensiva enfrentó algunos problemas y la defensa se vio afectada por penalidades, una vez los Regents tomaron la delantera en el tercer cuarto, no la soltaron toda la noche.

El entrenador Alonso Arreola está definitivamente más contento con la promoción esta vez de lo que fue con el ascenso a la División I en 2011.

“Definitivamente estábamos emocionados de subir”, dijo Arreola. “Eventualmente queremos ser un equipo de División I, que es lo que todos deberían buscar. Pero queremos tener jugadores y profundidad de División I. Estamos más cerca de tener a más chicos con ese tipo de experiencia y sabiduría futbolística. 

“Hay equipos de calidad en la División II, y queremos competir por el campeonato. Creo que tenemos los chicos que pueden progresar y lograr esa meta, y necesitamos que nuestros jugadores mejoren. Pero ellos mismos se han puesto objetivos. Creen y esa es la mitad de la batalla”.

Fernando  Monnarez, el único titular que regresa en la línea ofensiva, lo dijo de otra manera.

“Perder fue difícil”, dijo Monnarez, de 16 años y estudiante de tercer año. “Todos habíamos puesto nuestros corazones en esto, luchamos tanto como pudimos. Estamos todavía más motivados esta temporada. Una vez tienes una probadita (de jugar en la final) la quieres todavía más”.

A Arreola no le molestaría tener un equipo más amplio de los 37 jugadores con que cuenta. Pero a pesar de la relativa juventud – solo 10 estudiantes de último año – le gusta la calidad general del grupo, especialmente en la ofensiva. 

Eso empieza con el quarterback Mike Martin, que ha corrido por 169 yardas y cuatro touchdowns, y ha dado pases para 291 yardas y dos touchdowns. “El año pasado compartió tiempo (con Zack Almora) así que le tiramos todo el manual de jugadas a él”, dijo Arreola. “Este año le estamos pidiendo que haga más”.

Martin no tiene que hacerlo por sí solo. El running back Augustine Elizalde, estudiante de tercer año, es capaz de conseguir mucho terreno. El wide receiver Jalani Ellison, estudiante de último año, ha atrapado siete pases para 205 yardas y dos touchdowns y es la mayor amenaza, pero Mario Martínez muestra promesa y atletismo.

En la defensa Prophet Tagoai, un linebacker, lidera el equipo con 25 tackles. No está mal para un chico de 14 años que saltó al primer equipo en el partido de campeonato de 2016 cuando enfermedades y lesiones impidieron que jugaran los titulares.

Los entrenadores admiraron tanto la habilidad y el comportamiento de Tagoai que lo hicieron capitán. Tagoai no estaba seguro inicialmente si podía lidiar con las responsabilidades que Arreola y el resto de los entrenadores le estaban dando, pero está encontrando más confianza con cada semana que pasa.

“Se siente bien” estar en el primer equipo a esta edad, dijo Tagoai. “Se siente como un logro. Pero no es que me lo dieron así nomás. Tuve que trabajar por esto – que era importante.

“Los entrenadores me dijeron que debía ser un líder en la cancha. Aunque soy joven, tuve que mostrarle a la gente que debían respetarme. No sabía si algunos estudiantes mayores me escucharían, pero los entrenadores me explicaron el papel que debo desempeñar en el equipo y que debía tomar un paso al frente”.

Y también está Alonzo Hall, quien se transfirió a Reseda después de jugar football en la secundaria Norristown cerca de Philadelphia. Hall, de 16 años y estudiante de tercer año, ya mide 6-5 de estatura y pesa 215 libras. Su velocidad, fuerza y alcance ya han creado un impacto en la defensiva, donde Arreola dijo que ha conseguido cinco sacks en dos partidos.

“Cuando escuche acerca de Reseda no estaba muy seguro, solo que no sabía nada”, dijo Hall. “Pero cuando lo revisé, supe sobre la educación y los entrenadores, quería venir aquí”.

En cuanto a las diferencias con el football Californiano, Hall dijo “Esta en otro nivel comparado con Philadelphia. Es mucho mejor – especialmente la ética de trabajo. El último equipo para el que jugué trabajaba duro, pero no tan duro como aquí. Estoy aprendiendo una mejor técnica, mucho más fuerte y mejores entrenadores. Desde que llegué aquí, definitivamente me ha ayudado a llegar al siguiente nivel”.

Hall ya espera con ansias el partido de rivalidad (y de apertura en casa) que Reseda tendrá contra Cleveland el viernes 8 de Septiembre. También quiere un anillo de campeón tanto como Monnarez y Tagoai.

Arreola está ansiado de que Reseda un vez más tenga la habilidad de competir por uno – este año y en los siguientes.

“La base ya está puesta”, dice.