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SAN SALVADOR (AP) — Vehículos equipados con ametralladoras calibre cincuenta y patrullas con soldados y policías armados con fusiles M 16 controlaban el martes los puntos más concurridos de San Salvador.

Las autoridades de seguridad pública cumplen así la orden dictada por el presidente Salvador Sánchez Cerén para “garantizar que la ciudadanía se sienta tranquila y segura” en esta capital centroamericana asediada por pandillas, pero especialistas en temas de seguridad sostienen que se trata de un “golpe mediático” que no resuelve el problema.

El mandatario aseguró que ya han golpeado fuertemente al delito de las extorsiones y “hora vamos a realizar un esfuerzo extraordinario para garantizar una mayor tranquilidad para que la actividad productiva, comercial, política y económica se pueda desarrollar con mayor tranquilidad y con mayores niveles de paz”.

El dispositivo ha sido implementado en 25 puntos de la capital y participan miles de policías apoyados por militares con decenas de vehículos militares. Según las autoridades, buscan proteger los lugares donde hay mayor actividad comercial, como mercados, transporte público y universidades.

“Me parece bien porque nos sentimos más seguros, más protegidos. Lo único es que estas cosas no son permanentes, lo hacen solo por ratitos”, dijo a la AP Esperanza castillo, una mujer de 50 años, usuaria de los mercador de la zona.

“Yo lo veo bien, pero los muchachos siguen aquí. Hoy no molestan, pero cuando se vayan van a continuar cobrando la renta y van a exigir que paguemos lo que no cobraron”, manifestó Pedro Escalante, un vendedor informal salvadoreño.

Ricardo Sosa, criminólogo y especialista en temas de seguridad, dijo a The Associated Press que la medida refleja la necesidad de enviar un mensaje a la población debido a que diferentes encuestas de opinión revelan que entre 77% y 82% de la gente ha dicho que la inseguridad siendo el principal problema del país. Sin embargo, agregó Sosa, para resolver el problema no basta con poner en las calles tanquetas armadas con ametralladoras y mandar a los soldados a vigilar.

De acuerdo al experto, hay que hacer un trabajo de inteligencia y un abordaje estratégico de investigación para desarticular el crimen organizado que opera en el centro histórico de San Salvador y principalmente en los mercados en esa zona, donde según sus investigaciones circulan todos los días entre 12 y 15 millones de dólares en el comercio informal.

“Estamos hablando del corazón de las finanzas de la ciudad”, afirmó

Dijo que todos saben que en los grandes mercados están los puestos de mando de las dos principales pandillas que operan en el país, la Mara Salvatrucha y el Barrio 18, que “se distribuyen milimétricamente 50 y 50 para cada una de las estructuras en centro histórico y más allá”. Para que haya seguridad en la capital, explicó, “hay que sacar a las pandillas del centro histórico y creo que esto constituye el gran reto para el gobierno”.

En El Salvador, las maras o pandillas están integradas por más de 67,000 jóvenes y adultos, están establecidas en barrios y comunidades populosas y según las autoridades están involucradas en el narcotráfico, la extorsión y el crimen organizado.