Seferino Gamboa camina cerca del mural pintado con colores vivos, se arrodilla y coloca un ramo de rosas rojas. Dice una oración corta y se aleja.
Gamboa, oriundo de Sinaloa, México es un “guadalupano” devoto y el mural ante él representa al indígena y santo Juan Diego arrodillado frente a la Virgen de Guadalupe, la venerada imagen que se dice apareció en el Cerro del Tepeyac de la Ciudad de México en 1531.
“Como mexicano, nací con devoción a la Virgen”, dice el trabajador de mantenimiento de 58 años.
El mural está situado en la esquina del bulevar Van Nuys y la avenida Tamarack – en medio de lo que comúnmente se conoce como la “milla de murales” en Pacoima – y esta semana y las próxima varias personas vendrán, igual que Gamboa, a mostrar su respeto a la Virgen.
Porque el 12 de Diciembre es cuando la iglesia católica conmemora la aparición de la Virgen de Guadalupe, que se dice dejó su imagen impresa en la tilma de Juan Diego como un milagro para las autoridades eclesiásticas que dudaban que él estaba diciendo la verdad. Cinco siglos más tarde, la tilma todavía se exhibe en la Basílica de Guadalupe en la Ciudad de México, lugar que millones de personas visitan durante todo el año, miles en su día de fiesta.
Gamboa cree en esas apariciones.
Para él, la Virgen de Guadalupe no es sólo su protectora, sino que también representa su hogar.
“Ella es la mitad de la patria”, dice en referencia a la fuerte devoción para ella en su tierra natal, donde a menudo se la denomina “Reina de México”.
“Aunque uno está lejos (de casa) la trae con uno”, dice Gamboa, que deja flores para la “Emperatriz de América” cada vez que puede.
El próximo martes 12 de Diciembre tratará de ir a la iglesia si puede, si no, tratará de decir algunas oraciones en su casa. Es lo que se espera.
Una procesión de devoción
Miles de otros inmigrantes como Gamboa planean hacer lo mismo. Otros ya lo hicieron.
Más de 30,000 fieles provenientes de Santa Bárbara, los condados de Ventura y Los Angeles marcharon por las calles del Este de Los Angeles el pasado fin de semana en la procesión y misa anual en honor de la Virgen de Guadalupe.
La procesión comenzó en la avenida César Chávez y la autopista 710, seguida de una misa al aire libre celebrada por el arzobispo José H. Gómez en el Estadio del Colegio del Este de Los Angeles.
“En esta procesión de hoy, nuestra madre nos lleva a este estadio para adorar — al encuentro con su hijo, nuestro Señor Jesucristo”, dijo el arzobispo Gómez. “Y ese es el destino, el propósito de este viaje que llamamos vida.” ¡Encontrar a Dios, para encontrar a Jesús! Este es el hermoso papel que juega nuestra madre. Ella nos guía siempre en la presencia de su hijo, en el nuevo encuentro con Jesucristo. Así que hoy profesamos nuestro amor por nuestra madre. Le agradecemos su tierno amor por nosotros — por nuestros hijos y nuestras familias. Entregamos nuestros corazones a la Virgen de Guadalupe y le pedimos que siempre interceda por nosotros, que nos oiga y rece por nosotros”.
La ruta de una milla de la procesión religiosa más antigua de Los Angeles – que celebró su edición 86 — incluyó carrozas coloridas, grupos ecuestres, mariachis y danzantes Aztecas. Los estudiantes de escuelas católicas escoltaron a La Peregrina, la imagen oficial peregrina de la Virgen de Guadalupe, que ha sido bendecida y es igual a la imagen original.
Un beneficiario de la Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA) y un sobreviviente del tiroteo en Las Vegas estuvieron entre los lectores durante la misa, y Rolando Portillo, un veterano guadalupano líder en la iglesia de Nuestra Señora de la Soledad en el Este de Los Angeles recibió un reconocimiento especial por su apoyo a la comunidad local y un orfanato en México.
“Le doy las gracias todos los días por cuidar de nosotros, ella es la verdadera madre, un verdadero protector. Ella me regresó a Jesucristo cuando yo era un adicto en las calles hace 30 años”, dijo Portillo, un residente del Este de Los Angeles por más de cuatro décadas.
No sólo es “algo mexicano”
La devoción a la Virgen de Guadalupe no es exclusiva de México.
Muchos inmigrantes de otros países la han adoptado también.
Milagro Flores es una salvadoreña miembro de la Sociedad Guadalupana en la iglesia de St. Didacus de Sylmar, un grupo que ayuda a organizar las festividades de esta semana, que incluyen rezos y aperitivos nocturnos para los cientos de personas que se presentan para ellos.
Flores dice que era una devote de la Virgen de la Paz en su país, pero cuando se casó con su marido, Juan Carlos Flores (un guadalupano), también adoptó este seguimiento.
“Ella ha hecho muchos milagros para nosotros”, dice Flores. “Esta comprobado”.
Dice que las oraciones diarias de esta semana hasta el 12 de diciembre, cuando pasan todo el día en la iglesia, es un “agradecimiento por todo lo que nos da durante todo el año”.
Y el día comienza temprano, con las tradicionales “Mañanitas” a las 4 a.m., seguida de una misa a las 5 a.m. en St. Didacus. Un rosario y misa se llevará a cabo a partir de las 6 p.m. Es lo mismo en la iglesia católica Santa Rosa en San Fernando y en otros templos.
Una Obra De Teatro En Honor A La Virgen
Por decimoquinto año consecutivo, la Compañía de Teatro Latino en asociación con la Catedral de Nuestra Señora de Los Angeles presenta “la Virgen de Guadalupe, Dios Inantzin”, un juego con música y danza que relata la historia de las apariciones de la Virgen ante el indígena Juan Diego.
Entradas para la obra que se lleva a cabo este jueves y viernes 7 y 8 de diciembre en la Catedral de Nuestra Señora de Los Angeles, 555 W Temple St, Los Angeles, 90012, son gratuitas; los asientos reservados cuestan $40. Para más información, llame al (866) 811-4111/(213) 489-0994