M. Terry / SFVS

Janet Toscano, residente de San Fernando, se aseguró de que ella y su hijo Nathan llegaran al parque Pioneer en la Ciudad de San Fernando tan pronto como pudieran el jueves 19 de Abril. Tendrían que estar parados a lo largo de una sección restringida del campo de béisbol, y no sabían si serían capaces de conseguir ver al hombre que centenares de otros habían venido a ver este día – el jardinero de Los Dodgers Yasiel Puig.

Vieron una historia que Puig y su Fundación Wild Horse para niños se iban a asociar con la Ciudad de San Fernando y renovar el parque, así como reacondicionar una casa contigua al parque que se había utilizado para clases de poesía y las reuniones de los Boy Scouts , y había sido dejada en abandono durante casi 10 años y estaba en ruinas. Puig imaginó convertir esa casa en un lugar donde los niños pudieran hacer la tarea y aprender a comer saludablemente, donde se pudieran proporcionar servicios de salud mental y otros. Lo mejor de todo, su fundación iba a poner entre $750,000 y $1 millón para completar el proyecto, y quería hacerlo a finales de este año.

“Estoy entusiasmada”, dijo Toscano. “Es una gran oportunidad para que los niños aquí en el Valle de San Fernando sepan que hay personas que realmente lo hicieron y están dando una mano”.

De pie junto a ella estaban los residentes de Sylmar, Sylvia Fernández y su sobrino Robbie Gallardo, quien confió que iba a empezar a jugar al béisbol de nuevo porque le gusta Puig y cómo juega. Fernández agradeció también que Puig hubiera elegido este lugar para aportar este tipo de apoyo.

“Realmente no tienen tantas cosas aquí, así que es bueno que esté haciendo esto por ellos”, dijo Fernández.

Puig, que llegó a San Fernando al final de la tarde del jueves, y se entretuvo encantando a la Cámara de Comercio de la Ciudad de San Fernando y luego deleitando a los niños que aclamaban su nombre dando “high fives” a muchos de ellos, firmando autógrafos para unos pocos afortunados, tomándose una “selfie” o suavemente sosteniendo a los más pequeños en sus poderosos brazos, mientras que los padres tomaban fotos de lejos. También hizo el esfuerzo de conectarse con más mujeres y hombres mayores.

Pero Puig y sus asesores, incluyendo la Directora Ejecutiva de la Fundación Lisette Carnet, hablaron repetidamente sobre “la vision” que Puig tenía de lo que el Parque Pioneer podría ser y en lo que se convertiría. De cómo llegó a Carnet en Febrero para pedirle que encontrara un lugar que pudiera transformar. De cómo ella exploró varios lugares antes de decirle acerca del Parque Pioneer, y cómo el Concejal Robert Gonzalez les habló sobre el tipo de servicios que podrían ser creados o existían ya en ese lugar.

Y luego estaba la casa vacía. Una casa que los funcionarios de la Ciudad estaban dispuestos a derribar, pero era el tipo de lugar que Puig imaginó podría ser todo, desde un lugar para dar a los niños una buena comida saludable, proporcionar varios niveles de consejería, o simplemente ser un lugar donde un niño podría ser un niño.

Eso selló el trato para él. No era sólo una limosna, sino una mano. Y el Concejo Municipal acordó la asociación en su reunión del 16 de Abril.

Puig se dirigió a los miembros de la Cámara de Comercio y al público al aire libre en español. Le dijo a la gente que, además del dinero ya proporcionado para el proyecto, donaría $1,000 por cada home run que peguen el resto de la temporada 2018. Hizo reír a la gente, les hizo sorprenderse.

Sobre todo los animó.

Puig se dirigió a la prensa en inglés, aunque, dijo, “me avergüenza hablar inglés con mucha gente alrededor”.

Sin importar el idioma que eligiera, Puig dejó muy claro que quería hacer algo por San Fernando en una gran escala, pero de manera personal.

“Yo quería hacer mi primer campo [de deportes] aquí”, le dijo al San Fernando Valley Sun/El Sol. “Quería tener un montón de instalaciones: campo de béisbol, cancha de baloncesto, tenis, fútbol. Y esta casa que podemos usar para yoga, masajes, clases de cocina, un lugar para que los niños hagan sus deberes.

 “Vi [en el Parque Pioneer] todas las cosas que quiero hacer para una comunidad en este lugar. Y eso es lo que quiero hacer aquí”.

Que Puig es una estrella del béisbol le da a su aporte un significado aún más profundo para la Ciudad de San Fernando. Muchos residentes aquí aman el juego, y muchos de ellos aman a sus Doyers.

Pero Puig, si bien reconoce el amor de los Latinos por el béisbol, quiere que los niños jueguen cualquier deporte que quieran después de la escuela. Sólo quiere que tengan un buen lugar para jugar.

“Puedes venir aquí y jugar al béisbol, jugar al baloncesto, jugar a cualquier deporte. No tienes que hacer las cosas malas en la calle”, dijo. “Trato de decirle a los niños que se queden fuera de la calle y vengan a mi establecimiento, la instalación de San Fernando para ayudar a su familia”.

La deserción de Puig de Cuba y el viaje a este país han sido contadas una y otra vez. Trabajaba en el programa deportivo estatal de Fidel Castro, jugaba para la selección cubana y ganaba alrededor de $17 por mes, e intentó varias veces huir de su ciudad natal, Cienfuegos, ubicada en la costa sur cubana, pero fue detenido. Finalmente logró escapar con éxito en 2012, primero llegando a la provincia de Matanzas en coche, luego contrabandeado fuera del país en barco — un viaje que lo llevaría 350 millas a la península de Yucatán en México en lugar de una ruta recta de 90 millas a Miami.

Como se detalla más adelante en los documentos judiciales, la huida de Puig había sido, para todos los efectos, pagado por Raúl Pacheco, un negociante y reciclador en Miami que también estaba en libertad condicional por intento de robo y posesión de una identificación falsa. Pacheco supuestamente había acordado pagar a los contrabandistas $250,000 para sacar a Puig de Cuba; Puig, después de firmar un contrato, le debía entonces el 20 por ciento de sus ganancias futuras a Pacheco.

Tomó tiempo, pero eventualmente el asunto se resolvió, y los Dodgers firmaron a Puig a un contrato de siete años y $42 millones – un acuerdo que se hizo antes de que el Béisbol de las Grandes Ligas pusiera un tope de $2.9 millones en los bonos pagados a los jóvenes, inexpertos jugadores internacionales .

Él llegó a los Dodgers en Junio de 2013. Ha tomado algún tiempo para que “Wild Horse” (el caballo salvaje), como se le conoce, aproveche todos sus talentos físicos y se convierta en un jugador consistente en la liga. Pero Puig pegó 28 jonrones el año pasado, cuando los Dodgers fueron a la Serie Mundial por primera vez desde 1988. Él es un gran favorito de los fanáticos en el estadio de Los Dodgers y todavía tiene sólo 27 años de edad, acercándose a sus mejores años de juego.

Él admitió que todavía le sorprende estar en una posición para proporcionar este tipo de regalos. 

“Por todo lo que atravesé en Cuba, es por eso que quiero hacer esto, devolver a la comunidad. Tuve este sueño la primera vez que llegué a los Estados Unidos. No tendría esta [clase de] oportunidad en Cuba”, dijo Puig.

“Esto viene de mi corazón… cuando yo era un niño pequeño le pedí a Dios que me diera la oportunidad de tener un guante, bate y tacos para jugar al béisbol. Pero nadie venía a darme estas cosas. Eso me hizo trabajar duro. Le pedí a un amigo que me diera su guante para practicar. Así que quiero dar [el tipo de] oportunidad que mi amigo me dio en Cuba”.