Foto de Cortesia

Michael Kearns con su hija Katherine.

El domingo 16 de Junio, el actor-director-dramaturgo Michael Kearns, como millones de otros hombres con niños en los Estados Unidos, será celebrado en el Día del Padre. A pesar de que va a dirigir una obra ese día, Kearns espera escuchar de su hija Katherine, de 24 años, quien vive en Nueva York y trabaja en la industria de la televisión allí. 

Pero Kearns, de 69 años, no es “sólo” un padre. Es un hombre abiertamente gay. Y un pionero.

Originario de St. Louis, Missouri, Kearns comenzó su carrera en 1972 después de mudarse a Los Ángeles después de su graduación de la Escuela de Drama Goodman en Chicago, y trabajó constantemente en películas, televisión y el teatro. Es ampliamente considerado como el primer actor que públicamente salió como gay en la década de 1970, cuando tal admisión podría haber significado el final de su carrera como intérprete convencional. También fue el primer actor en revelar públicamente que dio positive al VIH, haciendo el anuncio en el programa de televisión “Entertainment Tonight” en 1991.

Kearns ha sido, y sigue siendo, un activista por los derechos de los gays como colaborador de una amplia gama de publicaciones, incluyendo las revistas Frontiers y L.A. Parent. Ha sido autor de cinco libros, dos de los cuales fueron nominados para los Premios Literarios Lambda, que honra las obras publicadas celebrando la literatura LGBT. En 1984 Kearns, junto con el dramaturgo James Carroll Pickett, co-fundó Artists Confronting Aids (Artistas Enfrentando SIDA, ACA), y ha sido Comisionado de Padres, Familias y Amigos de Lesbianas y Gays.

Pero pregúntele sobre su contribución más importante. Le dirá que es ser un papá.

“Lo más asombroso [de ser padre]… Nunca podría haber imaginado la responsabilidad de esto”, dijo Kearns. “Todavía continúa hasta el día de hoy. Y nunca podría haber imaginado que podía amar tanto a alguien”.

Un largo proceso de adopción

Cuando el compañero de vida de Kearns falleció en 1992, “ese fue el punto de inflexión. Me preguntaba qué haría con el resto de mi vida”, dijo.

Él decidió adoptar un niño.

“Siempre quise ser un padre”, dijo Kearns. “Cuando estaba [creciendo en St. Louis en la década de 1950], mi madre me llevó a un terapeuta porque yo quería jugar con muñecas. Pensó que era una señal de que yo era gay. El terapeuta le dijo ‘no importa si es o no es [gay], quiere ser padre’”.

En 1992 Kearns comenzó el proceso de adopción a través del Condado de Los Ángeles, pero al principio “nada funcionaba. Por supuesto, todo el mundo, incluyendo mis amigos cercanos, decían que era una señal de que no debería estar adoptando; no funcionaba. Dije que lo seguiría tratando”.

En 1995 finalmente consiguió a Katherine, que nació en 1994. Fue su padre de crianza al principio. La adopción terminó en 1997.

“El Condado no era la situación más ideal porque, en ese momento, estaba dando a los niños no deseados a los gays y lesbianas”, dijo Kearns. “En otras palabras, la comunidad LGBT conseguía a los niños que nadie más quería. Pero no me importaba [tener un] niño rubio y de ojos azules para empezar. Yo quería un hijo. No me importaba qué raza fuera. No me importaba si tenían una enfermedad. No me importaba si estaban expuestos prenatalmente (a las drogas), como en el caso de mi hija”.

Criar a una hija que es afroamericana trajo consigo su propio conjunto de desafíos.

“Estaríamos mintiendo o negándolo si decimos que no fue criada principalmente en una cultura blanca”, dijo Kearns. “Eso suposo problemas, y tuvimos que enfrentarlos. Tuve que enfrentar el hecho de que yo era una persona que vivía en un mundo de ‘privilegio blanco’. Ella me enseñó sobre eso. Fue una gran lección para mí.

“Quería que se conectara con su identidad racial. Hice todo el tipo de cosas superficiales — le conseguí libros, le leí el discurso de Martin Luther King cada año. Fuimos a Sudáfrica. Conoció y se conectó con mis amigos negros. Me aseguré de que tuviera compañeros que fueran negros. La llevé a tiendas de belleza negras y le trenzaron el pelo. Intentamos hacer todo. Pero aún así, la verdad primordial era que tenía que encontrar la cultura negra — su ‘negrura’ — en sí misma y por su cuenta, en la forma en que lo iba a hacer”.

Kearns hace una pausa. “Hice lo mejor que pude. No sé si lo mejor fue lo suficientemente bueno. No estoy seguro de que ningún hombre blanco pueda hacer mucho mejor que yo. Pero después dependía de ella. Y lo ha hecho maravillosamente. Se está encontrando como todos nosotros. Tengo casi 70 años de edad y todavía estoy encontrándome a mí mismo”.

Perder los Derechos por los que Lucharon Fuertemente

Mientras que la sociedad americana se tiene lentamente mayor aceptación de los matrimonios del mismo sexo y de las personas LGBTQ como padres, esa aceptación no es universal o está libre de obstáculos. Incluso hoy en día los gays, lesbianas y transexuales siguen siendo blanco de ataques verbales y físicos.

Kearns sigue enfurecido por el actual clima político y social en el que se legaliza la discriminación contra los gays, junto con la disminución o la eliminación directa del derecho a tener un aborto.

“Es horrible, pero es cierto”, dijo Kearns. “Todos los derechos por los que hemos trabajado durante todos estos años, antes de que ocurriera el matrimonio gay, y los derechos del aborto, son todos parte de una apertura de una libertad, de la forma en que las cosas deberían ser, y ahora estamos viendo que esas puertas están tratando de ser cerradas.

“También hay un gran número de personas como yo y otros en el mundo que están disfrutando de ser padres y mostrando que lo están haciendo con éxito y hermosamente. Van a argumentar que estos [oponentes] son ridículos al decir que tu no puedes ser un padre soltero, o un padre gay o lesbiana. Ser padre no tiene nada que ver con lo que haces en la cama”. 

El domingo, Kearns está dirigiendo la obra teatral “The Woman in Me” (La Mujer en Mí). La obra, escrita por el grupo QueerWise, está teniendo su estreno en el Centro Comunitario Judío Independiente de Silverlake.

Se presentará de nuevo el 30 de Junio por el Spoken Word Collective en la Cámara del Consejo de la ciudad de West Hollywood.

“Se trata de temas de mujeres y género, raza y clase. Cómo nos fijamos en lo que es femenino y lo que es masculino” dijo Kearns. “Comenzamos a trabajar en esta obra antes de la explosión [actual] del problema del aborto. Eso está en la pieza”. 

También hay referencias a algunas de las lecciones aprendidas de ser el padre de Katherine, añadió.

“¿Cómo pueden no estar en esta obra, hasta cierto punto”, dijo Kearns.