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CIUDAD DE MÉXICO (AP) _ Los taxistas mexicanos se comprometieron el lunes a mejorar y modernizar su servicio y las autoridades a revisar las condiciones en las que operan las empresas que utilizan aplicaciones después de una jornada de caos en Ciudad de México que durante horas estuvo bloqueada por miles de taxis que protestaban por lo que consideran una competencia desleal de las plataformas digitales como Uber.

Ricardo Peralta, subsecretario de Gobernación, y Angel Morales, representante del Movimiento Nacional Taxista, informaron en conferencia de prensa de los acuerdos que incluyen que el ejecutivo federal consulte con expertos la legalidad o no de las plataformas y que los taxistas tradicionales se incorporen a las nuevas tecnologías y no vuelvan a bloquear las vialidades.

Morales pidió una disculpa a la ciudadanía por los problemas de movilidad provocados, dijo que los taxistas cumplirían su parte y que confiaba en que el gobierno lo hiciera también. Explicó que “la desesperación nos nubló el pensamiento” porque aunque su colectivo llevaba tres meses negociando no habían conseguido nada hasta ahora.

“Los taxistas no están contra la modernización ni la competencia”, indicó, pero si ésta es honesta. “Reconocemos que el servicio que estamos dando no es el que la ciudadanía se merece”, agregó, pero lo justificó en que sus tarifas llevan ocho años sin ajustarse.

La principal exigencia del gremio, que insiste en que las empresas que usan aplicaciones dan un servicio “ilegal”, es que se exijan los mismos requisitos a todos los conductores porque los de las plataformas digitales, por ejemplo, funcionan con placas de particulares que no tienen que pagar determinadas tasas.

“Queremos que se cumpla la ley, no estamos en contra de nadie, así como nos obligan a pagar impuestos, a pasar exámenes que hagan lo mismo con las aplicaciones”, se quejó Eduardo Elizalde, de 60 años y 40 como taxista en Iztapalapa, el barrio más poblado de la capital.

Su vehículo era uno de los miles que se estacionaron en puntos céntricos de la capital para bloquear el tránsito y que comenzaron a abandonar el paro poco a poco al caer la tarde.

Elizalde agregó otro problema, que “sigue la corrupción, venden las licencias”. “Alguien sale de la cárcel, compra una licencia y ya es taxista”, lamentó.

El auge de las aplicaciones de servicios de taxi en los celulares ha ido en aumento en los últimos años y esta primavera ya hubo protestas de los taxis tradicionales que, según sus cálculos, han perdido en torno al 40% de sus ingresos.

El principal argumento de quienes usan las aplicaciones es la seguridad. “Me fío muchísimo más de Uber y es otro trato, otra cosa, respetan a uno”, dijo América Beltrán, comerciante de un local en el metro de Chapultepec. “Pero que no paguen los mismos impuestos… eso sí está mal”.

El gobierno de la ciudad indicó el lunes en un comunicado que el diálogo se mantiene abierto y que ya ha tomado varias medidas para acabar con la corrupción en diversos trámites relacionados con la concesión de taxis y para afianzar la seguridad con la puesta en marcha de una aplicación gratuita que estará lista a finales de año y que pretende dar confianza a los usuarios.

“Se llama Alameda Central y mire, aquí usted puede meter mis placas y le sale mi foto y todo y hasta tiene un botón de pánico”, explicó Efraín Martínez, que lleva 27 años con su taxi y trabaja en las terminales de autobuses de la capital.

Según el subsecretario Peralta, la idea es que todo el gremio pueda utilizar este tipo de plataformas para dar seguridad a los usuarios y que el servicio se preste en condiciones de igualdad.

Autoridades y taxistas continuarán las conversaciones la próxima semana para avanzar en la puesta en marcha de los acuerdos, añadió Peralta.

“Contentos no estamos hasta que no cumplan”, señaló Roberto Verónica. Este taxista de la ciudad de Toluca, a 60km de la capital, también criticó que empresas de las aplicaciones sean extranjeras. “Se están llevando el dinero fuera de México”, agregó. “Si el gobierno no cumple, volveremos a las calles”.

La gran mayoría de la clase media y los jóvenes de la Ciudad de México apuestan por las plataformas. “Tienen la seguridad del GPS por lo que te pueda pasar, los otros manejan como locos y en la madrugada no los encuentras y son más caros”, afirmó Ana Laura Andrade, de 21 años.

Pero todavía hay gente de sectores más humildes, como Eugenia Ramírez, que prefiere taxis adscritos a una base. “Conozco a los choferes y me dan más confianza”, dijo esta madre de cuatro hijos que vive cerca del reclusorio norte de la ciudad.

“La delincuencia está en todo el país, nosotros damos confianza porque somos los taxis de la zona”, argumentó José Dolores Ortega, de 67 y que trabaja en Ecatepec, uno de los municipios más peligrosos de la región y que se hizo conocido por la gran cantidad de asesinatos contra mujeres.