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El futuro de la Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA) y el Estatus de Protección Temporal (TPS), programas que cubren a millones de inmigrantes indocumentados en el país, muchos de los cuales han vivido en los EE. UU. durante varios años, incluso décadas, pueden verse afectados negativamente si los republicanos logran poner a otro conservador en la Corte Suprema. 

Ese es el temor de muchos grupos y activistas a favor de inmigrantes, para quienes la muerte de la jueza Ruth Bader Ginsburg el 18 de septiembre significa un desastre en los próximos años. 

“Ginsburg siempre apoyó la causa de la inclusión de todas las personas que viven en Estados Unidos, ya sea por género, raza, estatus migratorio”, dijo Angelica Salas, directora ejecutiva de la Coalición por los Derechos Humanos de los Inmigrantes de Los Ángeles (CHIRLA). 

“Ella fue una persona que siempre nos defendió”, dijo Salas. “Sabíamos que ella iba a apoyar nuestra causa, el trato justo de nuestra comunidad de inmigrantes”. 

El presidente Donald Trump está programado para anunciar a su nominado para la Corte Suprema el sábado 26 de septiembre, agregando que sería una mujer. Entre las principales candidatas se encuentran Amy Coney Barrett y la cubanoamericana Barbara Lagoa, ambas incondicionalmente conservadoras. 

El líder del Senado, Mitch McConnell (republicano por Kentucky), prometió llevar al candidato a votación lo antes posible, una decisión controvertida dado que en 2016 se negó a hacer lo mismo cuando el presidente Obama nominó a Merrick Garland, argumentando que no debería hacerse porque era año de elecciones. 

Con la elección del 3 de noviembre a menos de 40 días de distancia, el Senado tendría que apresurar la nominación en un tiempo récord. El proceso dura un promedio de 79 días, aunque la nominación de Ginsburg en 1993 se aprobó en 50 días, mientras que la nominación de Clarence Thomas en 1991 duró 99 días. 

Si Barrett o Lagoa fueran ratificadas en el Senado, inclinarían la balanza de la Corte Suprema hacia una ventaja de 6-3 para el lado conservador, una diferencia insuperable que podría afectar las decisiones de las generaciones venideras. 

Casos de Inmigración

Ese es un escenario preocupante para Salas, quien señala que la decisión sobre el TPS, que el Noveno Circuito de Apelaciones dijo recientemente que podría ser desmantelada por la Administración Trump, seguramente aterrizará allí más temprano que tarde. 

Otro caso importante de inmigración que llegará es DACA. El año pasado, la Corte Suprema bloqueó el esfuerzo de la Administración Trump para poner fin al programa, pero la decisión no fue prometedora. La Corte no dictaminó que poner fin a DACA fuera inconstitucional, pero que el razonamiento utilizado por la Casa Blanca de Trump para poner fin a ella no fue suficiente. 

“Ella (Ginsburg) se puso de nuestro lado cuando no querían contar a la comunidad de inmigrantes en el censo”, dijo Salas. “Es una gran pérdida porque sabemos que el presidente Trump presionará por un conservador, un aliado que comparta el mismo pensamiento que Trump”. 

Eso hará que la Corte Suprema sea más “racista”, dijo Gloria Saucedo, directora ejecutiva de Centro México en Panorama City. 

“Con ella (Ginsburg) sabíamos que teníamos un aliado de los derechos civiles, no solo para los inmigrantes, sino para toda la comunidad, y especialmente las mujeres. 

“(Su muerte) es un gran daño para la comunidad de inmigrantes. Lo mejor es que (el Senado) espera hasta después de las elecciones y el próximo presidente elija a alguien que no tenga tendencias tan conservadoras “. 

Votar es Vital 

“Es terrible que falleciera en un momento de tanta importancia histórica para Estados Unidos”, lamentó Juan José Gutiérrez de la Coalición Plenos Derechos para los Inmigrantes. 

Hasta ahora, dijo, los inmigrantes “apenas han podido salvar” algunos casos ante la Corte Suprema, a pesar de una ventaja conservadora de 5-4. Pero si esa ventaja crece, sería “un gran golpe” para los casos de inmigración que se deciden allí. 

Gutiérrez espera que el Senado no vote sobre el candidato de Trump antes de las elecciones, pero enfatiza que votar es ahora más importante que nunca. Si Biden gana, y los demócratas obtienen más escaños en el Senado y conservan la Cámara, eso podría anular algunos de los daños planteados por un nuevo juez conservador en la Corte Suprema.

E incluso si el nominado es la candidata cubanoamericana, que según sería visto como un avance y una buena noticia para los latinos, esta vez sería visto como perjudicial.

“Ella es de la ultraderecha latinoamericana, que no ve a los mexicanos y otros latinos como iguales, sino como inferiores”, dijo Gutiérrez. “No sería algo para celebrar porque no simpatizan con los inmigrantes”.

A Gutiérrez le preocupa que, si los republicanos tienen éxito y colocan a otro juez conservador en la Corte Suprema, la transformación provocada por la lucha por los derechos civiles de la década de 1960 se haría polvo.

“Podrían revertir todo eso y nos causaría mucho daño a todos”, dijo.