Por Sergio “Checo” Alonso
Especial para el San Fernando Valley Sun / El Sol

Aunque México ha perdido el último de sus icónicos cantantes de rancheras, el legado de Vicente Fernández perdurará entre la gente.

Su memoria perdurará como un ícono cultural que habló a la sensibilidad de “El Pueblo Mexicano”. Innumerables fanáticos en México, los Estados Unidos y en toda América Latina continuarán encontrando significado en su música de maneras que trascienden la música en sí.

Chente es muy respetado entre los músicos de mariachis por defender a “El Charro Mexicano” a lo largo de toda su carrera. Nunca sucumbió a los vientos de cambio cultural que a menudo influyen a otros cantantes populares.

Chente fue el artista ranchera por excelencia que no solo reflejó la tradición del mariachi, sino que ayudó a darle forma. Al igual que otras leyendas rancheras antes que él, Chente posicionó la música de mariachi como la contribución de México al panorama musical mundial. A diferencia de otros íconos, hizo esto desafiando las tendencias populares que amenazaban la música de mariachi.

Innumerables vidas y medios de subsistencia dentro de las esferas del mariachi están en deuda por las contribuciones de Fernández a la forma de arte.

Mi experiencia con la familia Fernández es a través de Alejandro. Tuve el placer de participar en la grabación de “Agridulce”. Es un honor haber trabajado con una familia tan influyente y haber sido parte del legado musical de Fernández.

Como músico de mariachi nacido en Estados Unidos que representa la cultura musical mexicana en este lado de la frontera, la experiencia adquiere un significado especial.

El artista, educador y erudito Sergio “Checo” Alonso es un comprometido defensor de la preservación y difusión de la música tradicional mexicana.