En medio de un terreno repleto de helicópteros de diferentes agencias del orden, héroes que ponen sus vidas en riesgo por los demás, 30 menores de entre 4 y 17 años se convirtieron en ciudadanos estadounidenses este pasado sábado.
El lugar fue el American Heroes Airshow en Hansen Dam, donde el Servicio de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos (USCIS) realizó la primera ceremonia de naturalización al aire libre en Los Angeles.
“Me siento bien”, dijo visiblemente emocionado Aaron Navarrete, un adolescente de 14 años que arribó a este país de su natal México cuando tenía 8 años.
El estudiante de Triumph High School pasó seis años como indocumentado antes de convertirse en un residente permanente y fue uno de los menores que juró lealtad a su nuevo país el pasado sábado.
“Creo que esto me va abrir muchas puertas. Voy a tener acceso a escuelas y ser alguien algún día”, agregó Navarrete, un residente de Sylmar que llegó al evento junto con sus padre, Maria y José, quienes tuvieron que convertirse en ciudadanos estadounidenses ellos mismos antes de poder solicitar el mismo beneficio para su hijo.
De hecho, los “verdadero héroes” en este proceso son los padre, indicó Susan Curda, Directora de Distrito para USCIS.
“Ellos hicieron una travesía tremenda, pasando por cosas que en algunos casos no podemos ni imaginar, para que ustedes llegaran aquí hoy, todo porque querían darles una mejor oportunidad y futuro”, le dijo ella a los niños y jóvenes, quienes levantaron su mano derecha para jurar lealtad a su nuevo país.
EL PROCESO
Al contrario de los adultos, quienes deben pasar por un arduo cuestionamiento y cuyos registros se revisan profundamente al solicitar su ciudadanía, antes de tener la oportunidad de presentarse ante un agente de USCIS quien los cuestiona sobre la historia y la política de Estados Unidos, todo lo que los padres deben hacer es solicitar la naturalización de sus hijos. El proceso es mucho más rápido también, durando apenas unos meses.
Los padres de Aaron dijeron que todo el proceso les tomó menos de tres meses después que su hijo recibió su residencia permanente. Ellos dijeron que decidieron convertirse en ciudadanos estadounidenses para que él también pudiera tener ese beneficio.
“Nos sentimos muy felices. Ahora él va a tener mejores oportunidades”, dijo Maria.
En total, 11 países estuvieron representados en la ceremonia: Bangladesh, Cuba, Ghana, Guatemala, Irán, México, Filipinas, Siria, Reino Unido, Vietnam y Yemen.
James Paules, el productor de American Heroes Airshow, dijo que en los últimos años han tenido representantes de USCIS ofreciendo información durante el evento, y consideró que una ceremonia de ciudadanía era el próximo paso, y el más adecuado en sus esfuerzos por educar a la comunidad sobre la importancia de convertirse en ciudadano estadounidense.
“¿Qué mejor manera para ellos de pasar su primer día como ciudadano estadounidense que estar rodeado de verdaderos héroes americanos?”, dijo él.
Para algunas de las familias que tomaron parte de la ceremonia, esta fue la culminación de un sueño que parecía casi imposible.
Así fue para una familia cubana que sobrellevó situaciones indescriptibles para poder llegar a este país. Su travesía inició hace más de una década cuando el padre, un miembro de la oposición en la isla caribeña, solicitó una visa estadounidense a través del Programa de Refugiados Políticos.
“Mi vida y la de mi familia estaba en peligro”, relató el padre, quien pidió no ser identificado.
Solicitar esa visa solo aumentó los problemas para ellos.
“Cuando el Gobierno se da cuenta que tu has aplicado para el programa, hay mucha más vigilancia y presión para ti. Te siguen a todos lados”, dijo el hombre, quien intentó, sin éxito, escapar de la isla de forma ilegal mientras esperaba por la ansiada visa.
También pasó un año en una cárcel cubana. “Es un episodio terrible que no le deseo a nadie”, dijo.
Finalmente, recibieron su visa estadounidense 10 años más tarde y finalmente la familia arribó en Miami, antes de unirse con una hermana en Los Angeles. Los padres se convirtieron en ciudadanos estadounidenses el año pasado. Sus dos hijos, de 8 y 14 años, lograron la naturalización este pasado sábado.
“Para nosotros, convertirnos en ciudadanos estadounidenses es muy importante”, dijo el hombre.
Así también de importante era para José Luis Farias y su hijo, Ivan, de 16 años, otro de los menores que se naturalizó.
“Ahora el tiene que echar para delante y aprovechar el tiempo aquí”, dijo el padre.
Ivan, un ávido jugador de lacrosse y futbol en la Birmingham High School, dijo que ya no se sentía limitado.
“Voy a poder ir a cualquier lugar alrededor del mundo”, dijo Ivan.
Otros simplemente buscaban reforzar y afirmar la conexión al país que han adoptado como suyo.
“Las leyes pueden cambiar en cualquier momento y uno tiene que sentirse seguro, contento y libre y si estamos cumpliendo con la ley, ¿por qué no tener los mismos derechos como las demás personas?”, dijo Maria Alfaro, quién llegó desde Ventura para estar con su hija Lesley de 15 años, en la ceremonia.