A. Garcia / El Sol

Signo casero instando a los conductores a desacelerarse.

La familia y cientos de amigos, compañeros de clase y sus padres, así como el personal de la escuela se reunieron este lunes 28 de Noviembre para despedir a un joven que murió mientras iba en una bicicleta a la escuela en Pacoima el 15 de Noviembre.

A medida que la música de mariachi resonaba en toda la parroquia de Saint Ferdinand en San Fernando, el ataúd de color café oscuro que llevaba el cadáver de Saúl López, de 15 años, entró en la iglesia, llena a capacidad para la ocasión.

Muchos estudiantes de la escuela de Saul, Vaughn International Studies Academy (VISA), no se presentaron a clase ese día. Muchos más sí fueron, pero sus padres los sacaron de la escuela para que pudieran asistir al funeral, que se realizó a media mañana.

En la entrada de la iglesia, el ataúd fue cubierto con un manto blanco, mientras el sacerdote iba al frente para comenzar la misa. Muchos en la iglesia – algunos vistiendo camisas blancas con la foto de Saúl en el frente – lloraban abiertamente. Otros sollozaban. El silencio y el respeto eran palpables en el recinto religioso.

Hace dos semanas, alrededor de las 7 de la mañana del 15 de noviembre, Saúl se dirigía a la escuela en bicicleta. En la intersección del Bulevar Glenoaks y la Calle Vaughn, una camioneta que se dirigía hacia el sur sobre la Glenoaks colisionó con una camioneta Chevrolet que iba en dirección este en Vaughn. El impacto causó que ambas camionetas se deslizaran hasta el paso de peatones, golpeando a Saul y atrapándolo. Fue liberado, pero trágicamente sucumbió a sus heridas y fue declarado muerto en la escena.

El accidente sigue bajo investigación, aunque los informes preliminares mostraron que uno de los conductores se pasó una luz roja en la esquina.

En su misa del lunes, Carlos Alarcón, pastor asociado de Saint Ferdinand, resumió la tragedia llamándola una “muerte fuera de tiempo”.

“Este es uno de ellos, totalmente fuera de tiempo, no hay enfermedad, no hay razón lógica, fue simplemente un accidente, no estamos aquí para culpar a nadie”, dijo Alarcón.

El sacerdote elogió la “gran y hermosa solidaridad” con la familia de Saul y exhortó a los presentes a recordar al adolescente que cursaba el grado 10 en VISA no de la manera en que murió, sino “de la forma en que vivió y vive en cada uno de nosotros”.

Un joven “único y especial” 

Alarcón señaló que al hablar con los padres y la familia de Saul, entendió que el adolescente era una “persona única y especial, como hijo, hermano, compañero de clase y amigo”.

“Eso es lo que necesitamos recordar para dar sentido a la muerte”, dijo el sacerdote.

“Saul fue auténtico y verdadero consigo mismo, nos dio muchos ejemplos de cómo ser correcto. En medio de todas estas preguntas que tenemos en este momento, es un testimonio vivo de recordar. Tenemos que estar agradecidos de que lo conocimos”, dijo Alarcón.

Uno de los que está agradecido de haberlo conocido es Edgar Onofre, uno de los compañeros de clase y amigo de Saul.

“Siempre trataba de hacer que todo el mundo se sintiera mejor, no le gustaba que nadie se sintiera triste, era muy gracioso, incluso si te insultaba, se aseguraba de que te reías con él”, dijo Onofre.

Después de recibir la Eucaristía durante la misa del lunes, muchos de los amigos de Saúl se acercaron a la familia y les dieron un abrazo.

Al final del servicio, los padres de Saul, su hermano mayor y su hermana menor se acercaron al micrófono y agradecieron a los asistentes. La madre también leyó un pequeño pasaje en el que decía que “el cielo está celebrando hoy”, y repitió, al principio y al final, que “Dios un hijo me do y un ángel se llevó”.

“Quiero darles las gracias a todos por venir y por todo el apoyo, como decía cuando era niño y miraba sus caricaturas: Hasta el infinito y el más allá lo seguiré y Chivas hasta la eternidad “, dijo la madre, en referencia a uno de los mayores amores de Saul: el equipo de fútbol Chivas de Guadalajara.

Los asistentes entonces se levantaron y le dieron a Saul una ovación de pie con un gran aplauso.

Cuando salió de la iglesia, la cubierta blanca del ataúd fue sustituida por una bandera de las Chivas. Uno de sus parientes también llevaba una camiseta de fútbol que pertenecía a Saul y mostraba su amor dividido en el deporte. La mitad de la camisa era la camiseta negra de la selección mexicana; el otro llevaba el blanco, rojo y azul de las Chivas.

Luego del servicio religioso, Saul fue enterrado en el cementerio de la misión de San Fernando.

GoFundMe y Seguridad en el Tráfico

Poco después de enterarse de su muerte, una maestro de VISA abrió una cuenta en el sitio de Internet GoFundMe para recaudar fondos y ayudar a la familia a cubrir los gastos de funeral de Saul. El objetivo inicial era de $15,000, pero en 13 días esa cifra se duplicó a $30,075, gracias a las donaciones de 855 personas.

Entre los donantes se encontraba Blanca Santillán.

“Recuerdo a Saúl como un muchacho bondadoso, generoso, amable e inteligente, ¡Lo echaremos de menos!”, escribió Santillán, maestra de preescolar de Saul en la Escuela Primaria Haddon en Pacoima.

La muerte de Saul también trajo renovados llamados para reforzar la seguridad del tráfico en la zona donde el joven perdió la vida – apenas a dos cuadras de su escuela.

Una “ghost bike” (bicicleta fantasma, que es denominada así al estar pintada de blanco) rodeada de flores y velas marca ahora el lugar de la tragedia. Pero desde el accidente, un guardia de cruce fue asignado allí y ahora ayuda a los estudiantes y los padres a cruzar la calle antes y después de la escuela.

Los padres, que han estado pidiendo una mayor atención del tráfico a la zona, donde se ubican  cuatro escuelas (Vaughn Next Century Learning Center, VISA, Pandaland y MIT Vaughn) también colocaron carteles hechos a mano en la esquina de la Avenida Herrick y la Calle Vaughn y la Avenida Herrick y la Calle Eustace-  en medio de todos estos planteles – pidiendo a los conductores que tengan cuidado.

“Por favor, bajen la velocidad, todos son nuestros hijos”, dicen los carteles color amarillo.