Con la publicidad, las campañas en las redes sociales y las personas influyentes que asocian ser delgado con la belleza y el glamour, muchas personas, especialmente las adolescentes jóvenes e impresionables, se sienten presionadas a perder peso para ser más “atractivas” y “aceptadas” entre sus compañeros.
Lamentablemente, esta puede ser una de las muchas causas que conducen a que las personas sufran trastornos alimentarios graves, lo que a su vez puede provocar enfermedades graves e incluso la muerte. Como tal, garantizar una relación saludable con los alimentos es clave para una buena salud y bienestar general.
“Nuestras relaciones con la comida pueden ser complicadas, moldeadas por muchos factores, incluida la cultura, los medios de comunicación y las personas que amamos”, dijo la doctora Evita Limón Rocha, psiquiatra de niños, adolescentes y adultos de Kaiser Permanente Southern California. Anotó que los niños están especialmente en riesgo debido a la presión social y de grupo.
“En última instancia, nuestra relación con la comida comienza en casa”, continuó Rocha. “Los niños y adolescentes en particular están aprendiendo continuamente de los adultos que los rodean. Ven cómo las personas que aman hablan de sí mismas y cómo interactúan con la comida. Aprenden a etiquetar los alimentos como malos y buenos, junto con la colocación de formas corporales en estas categorías. Ven cómo hablamos de los demás en nuestro entorno. A través de nuestra crítica a los demás o a nosotros mismos, aprenden a ver sus propios cuerpos de una manera negativa”.
En observancia de la Semana Nacional de Concientización sobre los Trastornos Alimentarios, del 27 de febrero al 5 de marzo, es crucial educar, así como brindar apoyo y visibilidad a los afectados. Según la Asociación Nacional de Trastornos de la Alimentación (NEDA), casi 29 millones de personas en los Estados Unidos sufrirán de un trastorno alimentario en algún momento de sus vidas.
NEDA afirma que los trastornos alimentarios son enfermedades mentales y físicas graves pero tratables que pueden afectar a personas de todos los géneros, edades, razas, religiones, etnias, orientaciones sexuales, formas corporales y pesos.
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La Asociación Nacional de Anorexia Nerviosa y Trastornos Asociados (ANAD) señala que los trastornos alimentarios se encuentran entre las enfermedades mentales más mortales, solo superadas por la sobredosis de opioides. Según ANAD, 10,200 muertes cada año son el resultado directo de un trastorno alimentario, es decir, una muerte cada 52 minutos.
Además, ANAD afirma que alrededor del 26% de las personas con trastornos alimentarios intentan suicidarse, y agrega que el costo económico de los trastornos alimentarios es de $64.7 mil millones cada año. Las personas negras tienen menos probabilidades de ser diagnosticadas con anorexia que las personas blancas, pero pueden experimentar la afección durante un período de tiempo más largo, afirma ANAD. Los adolescentes negros también tienen un 50% más de probabilidades que los adolescentes blancos de exhibir un comportamiento bulímico, como atracones y purgas. Y, en una encuesta del campus universitario, ANAD señala que el 91% de las mujeres encuestadas admitieron controlar su peso a través de la dieta.
Debido a que los patrones de alimentación desordenados son muy difíciles de tratar una vez que han progresado, Rocha enfatiza que la detección temprana y el tratamiento pueden salvar vidas.
“Si existe la preocupación de que un ser querido pueda estar luchando, al igual que buscaríamos atención médica para un hueso roto o una infección, debemos buscar atención médica y hablar con nuestro proveedor de atención médica”, dijo.
Rocha instó a los padres a estar atentos a ciertos signos exhibidos por sus hijos que pueden estar luchando con trastornos alimentarios, y a buscar ayuda antes de que sea demasiado tarde.
“Busque cambios en las conductas como comer menos, cambios en la apariencia o un aumento en la irritabilidad”, dijo. “Si hay cambios preocupantes en los comportamientos de un niño que afectan su bienestar, esto puede ser una señal de que puede ser hora de hablar con un médico”.
Limitar la cantidad de tiempo que los niños pasan en las redes sociales también es importante, anotó Rocha, y agregó que los adultos deben modelar el consumo apropiado de medios. Cuando se usa electrónica, es importante establecer límites en el tiempo dedicado a los dispositivos.
“Asegurar el contenido que los niños y adolescentes consumen junto con las conversaciones que se llevan a cabo en este ámbito de las redes sociales es de gran importancia”, aconsejó Rocha. “Crear tiempo para revisar las emociones desencadenadas por el contenido de las redes sociales, como la tristeza o la duda, puede ayudar a fortalecer las relaciones entre los padres y un niño o adolescente”.