Las primeras dos juegos en contra de la preparatoria Taft fueron dos ejemplos primordiales de cómo los Tigers de la preparatoria de San Fernando.
Aunque ganaron el lanzamiento de la moneda, San Fernando eligió dar la patada inicial. Marvin Stewart, el hombre que cargaba la pelota en el retorno, se movía sin ver a Darrius Nash, el defensor de los Tigers – que cortó detrás de tres compañeros de equipos y corría a través del campo – hacia Stewart. Nash impactó Stewart con un golpe limpio que lo levantó por el aire y le sacó la pelota de entre sus manos, permitiendo que San Fernando recobrara el balón.
En la primer jugada de los Tigers, el quarterback Joshua García giró a su izquierda y lanzó un pase a Lorenzo Bernardi, quien luego corrió prácticamente sin oposición para un touchdown de 45 yardas.
El partido todavía tenía 46 minutos y Taft – que terminó perdiendo 52-7 – ya estaba, en gran parte, derrotado.
Velocidad. Golpes desmoralizadores. Y jugando 48 minutos sin descanso.
“Poniendo el ritmo”, dijo Robert García, entrenador de los Tigers.
“Lo primero que hice en el locker room antes del partido fue ‘poner el ritmo’. Y empieza con la primera jugada, con la patada de retorno. Y creo que esa primera jugada [de Nash], arruinó su momento y puso fuego en nuestra defensa”.
O como dijo Nash después del partido, “una vez tienes un golpe como ese, todo el equipo se influencia por el y sientes que no puedes detenerte después”.
El football de San Fernando ha estado un poco callado en los últimos años, después de dos campeonatos consecutivos de la División II de la City Section en 2012 y 2013.
Pero parece como si los Tigers (2-0) – ahora en la División I – que se enfrentan a University High de Los Angeles este viernes 9 de septiembre, no estarán satisfechos con simplemente ser un equipo de media table. Especialmente no después de abrir la temporada con dos triunfos que fueron impresionantes en el marcador, y por la forma en que San Fernando dominó a Cleveland y Taft.
“Estamos jugando otra vez con orgullo, y con dedicación al programa”, dijo García. “Después del último campeonato en 2013, creo que muchos de los chicos dejaron que los triunfos se les subieran a la cabeza y no pusieron el trabajo como esos equipos campeones.
“Así que tuve que sembrar esa semilla de nuevo. ¿Y sabes qué? Estos chicos han trabajado muy duro y se han empujado mutuamente para llegar a donde estamos”.
Claro que dos partidos no hacen una temporada. Pero los Tigers, después de permitir un solo touchdown en ocho cuartos y combinarse para anotar 76 puntos en contra de los Cavaliers y Toreadors, que apenas pusieron 7 de ellos en el marcador, acaparan la atención.
Alex González, un linebacker, dice que “estamos cansados de perder”.
El no jugó la última temporada mientras se recuperaba de una cirugía en su rodilla izquierda. Pero indicó que el desempeño y la actitud en los últimos dos años no fueron del tipo que ayudaron a los Tigers a ganar dos campeonatos seguidos.
Pero las victorias abrumadoras en los dos primeros encuentros de esta temporada tampoco han elevado los egos.
“Todavía pretendemos que estamos 0-0”, dijo González. “Queremos empezar cada partidos como lo hemos hecho. No había orgullo. Pero creo que lo hemos recuperado. Estamos más juntos; más inteligentes como equipo este año”.
Nash estaba en la secundaria Crenshaw de Los Angeles el año pasado. El agregó otro nivel de atletismo y fuerza. Crenshaw alcanzó el partido de campeonato de la División I de la City Section en contra del eventual ganador Narbonne de Harbor City. Pero Nash dijo que los Tigers no necesitaban de ninguna motivación externa de él.
“No es diferente [a Crenshaw]”, dijo Nash. “Todo el mundo trabaja duro, trabaja igual. Ellos saben que debes ganar cada partido. Y debes tener el pensamiento que quieres ganar un campeonato”.
Otro punto de énfasis para los Tigers fue el participar en más de un deporte. García no quería que ellos estuvieran pensando solo en football.
“Muchos de estos chicos estaban en atletismo”, dijo. “Otros en lucha. Los estoy empujando para que no solo sean jugadores de football. Y no les estoy dando la opción; los estoy obligando a hacerlo. Los chicos grandes, los lineman y los linebackers se pueden concentrar en las pesas. Pero los especialistas, esos es mejor que jueguen otro deporte o corran a larga distancia”.
Los resultados son evidentes.
Hay velocidad en los wide receivers como son Bernardi, Gabriel Rodríguez, Anthony Dávila y Nash, que se han combinado para 351 yardas y cuatro touchdowns. La velocidad también está presente en el diminuto (5 pies 5 pulgadas de alto), pero fuerte running back Michael Alejandro, que ha promediado ocho yardas por cargada.
Ellos – junto con la férrea, pero móvil línea ofensiva de San Fernando — han facilitado el trabajo de García hasta ahora. El desafío ha sido dar el balón lo suficiente a todos para mantenerlos contentos e involucrados.
“Estoy tratando de repartir [el balón] tanto como puedo”, dijo García. “Con Gabriel tan rápido, Lorenzo corriendo grandes rutas, Dávila siendo tan atlético y Darrius creando jugadas, yo solo tiro la pelota y dejo que ellos la atrapen. Ellos hacen el resto”.
University (1-0) viene de derrotar a Contreras de Los Angeles en su juego de apertura el 1 de Septiembre. Los Wildcats han tenido problemas por más tiempo que los Tigers; la última vez que University tuvo un promedio mejor de .500 fue en 2007, cuando alcanzó el partido de campeonato de la División II de la City Section. Los Wildcats – todavía en la División II—tienen hambre de llegar a los playoffs.
Será interesante ver quién pone el ritmo esta semana.