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María Galván

Incertidumbre, incredulidad y miedo.

Eso resume el sentimiento en la comunidad inmigrantes después de que sus peores temores se hicieron realidad – la victoria de Donald Trump sobre Hillary Clinton.

Inspirado por un candidato republicano que enojó y conmocionó al electorado latino cuando lanzó su campaña llamando a los mexicanos “violadores” y “asesinos”, el voto hispano se emitió en números históricos, pero no fue suficiente para derrotar a Trump y ahora sus promesas de una deportación masiva y la construcción de un muro a lo largo de toda la frontera entre Estados Unidos y México parece una perspectiva lejana, aunque amenazadora.

Para los indocumentados, que habían visto un pequeño pero incremental progreso hacia una mayor aceptación con el programa DACA (Acción Diferida para los Llegados en la Infancia) impulsado por Obama, que benefició a casi un millón de jóvenes que fueron traídos al país ilegalmente como niños, ahora el sentimiento es de esperar y miedo.

Con el control del Congreso en manos de los republicanos, es improbable -si no imposible- tener una propuesta de reforma migratoria bajo el Presidente Trump.

“Estamos preocupados, tristes”, admitió María Galván, una residente de Van Nuys que ha vivido en el país indocumentada durante los últimos 16 años.

Durante gran parte del verano y el otoño, Galván, activista de la Coalición por los Derechos Humanos de los Inmigrantes (CHIRLA), ha llamado a las puertas, ha hecho llamadas y la semana pasada llevó a los votantes a votar. Ahora dice que se mantiene vigilante ante lo que pueda ocurrir.

Galván, de 46 años, dijo que no cree que Trump tendrá la deportación masiva que prometió durante la campaña, pero no se detiene para ver qué ocurre.

“Esto no se va a quedar aquí, vamos a seguir luchando, viendo que la gente no se vuelve agresiva porque este hombre (Trump) anima a la gente a hacerlo”, dijo.

“Desde que vine aquí sé que puedo ser deportada en cualquier momento, sé que será difícil para él sacar a la gente … Estos cuatro años no serán suficientes para que él saque a la gente masivamente. La gente va a unirse y ayudar para detener las deportaciones injustas”, añadió Galván.

También están en juego sus hijas, Zuleyma, de 25 años, y Saira Barajas, de 24, ambas beneficiadas por DACA, que detiene la deportación durante dos años y otorga a los beneficiarios un permiso de trabajo.

“Acaban de renovar (DACA), este hombre tiene cuatro años y no puede quitarlo así como así, creo que ellas (mis hijas) pueden sobrevivir un año sin documentos, han visto a sus padres hacerlo todo este tiempo. Tendrán que ahorrar para tiempos difíciles”, dijo Galván.

GRUPOS PROIMIGRANTES PROMETEN LUCHAR

El compromiso de Galván para luchar están respaldados por grupos pro-inmigrantes, que después de recuperarse de la sorprendente victoria de Trump, prometen hacer lo mismo.

“Es lamentable que el temor y el enojo basada en raza sean suficientes para ayudar a elegir al líder de una de las naciones más diversas del mundo. Por desagradable que sea, tenemos que mirar el éxito de que esta campaña de división ha marginado a todo aquel que no es blanco u hombre. Es una lástima que muchos en Estados Unidos todavía crean que algunos de nosotros somos menos dignos de respeto, humanidad y protecciones básicas que otros”, dijo Angelica Salas, Directora Ejecutiva de CHIRLA.

“Estamos dispuestos a involucrarnos directamente y completamente con la próxima Administración para asegurar que ninguna de las propuestas horrendas, negativas e imprácticas que Donald Trump haya propuesto se hagan realidad. Debemos estar listos y ser persistentes. Si Sensenbrenner no pudo tener éxito, tampoco la tendrá la demagogia de Trump”, agregó Salas.

La Red Mexicana de Líderes y Organizaciones Migrantes (RedMex) también se pronunció con fuerza contra cualquier intento de deportación masiva y condenó “el racismo y la xenofobia que han permitido a Donald J. Trump convertirse en el 45º presidente de los Estados Unidos”.

“Me asombra que el pueblo de Estados Unidos puede dejar que un hombre con ideas neofascistas y ningún record de servicio público llegue al cargo más alto del país,” dijo Angela Sanbrano, directora ejecutiva de RedMex. “No dejaremos que nuestras comunidades sean victimizadas y perseguidas.”

Por su parte, Juan José Gutiérrez, miembro de la Coalición de Derechos Plenos para los Inmigrantes, que ha organizado varias marchas pro-inmigrantes en Los Ángeles, también dijo que “vamos a hacer cualquier cosa para proteger a nuestra comunidad”.

Sin embargo, señaló que dado que Trump no ha dado muchos detalles de sus propuestas, incluyendo cómo deportará a los 11 millones de indocumentados que se estima viven actualmente en los Estados Unidos, todavía no está claro qué pasos serán necesarios para ofrecer esa protección.

“No creemos que la persecución masiva de los inmigrantes y la deportación masiva sea realista, pero cualquier cosa que amenace a nuestra comunidad, nos defenderemos”, señaló Gutiérrez. “No nos vamos a cruzar de brazos”.