F. Castro / El Sol

Yesenia Campos, una madre soltera que vivía en un motel durante dos semanas después de escapar de una situación de violencia doméstica

Alrededor de uno de cada cuatro estudiantes en la escuela primaria Telfair en Pacoima (182 de 739 alumnos) fueron reportados como indigentes en el año escolar 2017-18 y mientras que esa cifra han mejorado ligeramente, el campus todavía cuenta con una de las más altas poblaciones de estudiantes en la extrema pobreza.

El Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles considera “desamparado” a un estudiante que vive en la calle, un refugio, un auto, garajes o comparte casa con otras familias.

Por lo que fue un escenario apropiado para una de las paradas en el estado del “tour en autobús de la verdad y la pobreza” de la Campaña de la Gente Pobre, que busca aportar luz a la pobreza, la devastación ecológica y el racismo, entre otros males sociales.

El Tour comenzó en la ciudad de Chico y terminará con una parada de dos días en San Diego el viernes y el sábado 12 y 13 de Abril.

A la reunión celebrada el martes 9 de Abril se presentaron un par de docenas de residentes, activistas y representantes de organizaciones locales y funcionarios electos.

Pero el punto central de la reunión fueron las historias de lucha relatadas por personas que se han enfrentado a la cuestión de no tener un techo sobre sus cabezas.

Tal es el caso de Yesenia Campos, que escapó de una relación de violencia doméstica con su hijo sólo para pasar dos semanas en un hotel.

“La última semana no tenía nada comida”, dijo Campos en su presentación.

Para poder permitirse el alojamiento, comenzaba sus días a las 5:30 a.m. y tomaba cuatro autobuses para dirigirse a Malibú por trabajo y a menudo llegaba a casa pasadas las 8 p.m.

“Durante todo un año, apenas vi a mi hijo”, dijo.

Después de que las cosas mejoraron un poco, decidió asistir a una escuela técnica para obtener un título de asistente médico, con la esperanza de que esto le ayudaría a costear sus gastos.

Pero incluso después de conseguir el título y trabajar de tiempo completo, así como un turno a tiempo parcial en un supermercado, “todavía no era suficiente para cubrir mis gastos”, dijo.

“A veces no tenía que comer”, expresó Campos, y pidió a la multitud que no juzgue a las personas que se encuentran sin un techo.

“La gente tiene historias, la gente ha sufrido caídas”, dijo.

“Somos gente trabajadora. Esto no es sólo un problema económico. Este es un problema de la comunidad”, añadió Campos.

Gina, que no reveló su apellido, también está pasando por un momento difícil.

Actualmente está desempleada y ha incumplido sus préstamos estudiantiles. 

“Todo lo que consigo es llamadas con gente diciéndome ‘tienes que pagarnos’”, describió.

Ha buscado ayuda para su problema, pero “han pasado dos meses, y sigo esperando a que me ayuden”, dijo.

Para Silvia Venegas, sus luchas empezaron hace seis años. En 2005 compró una casa en Van Nuys y mientras estaba pasando por una modificación de préstamo en 2013, su compañía de servicio de préstamos Ocwen la embargó sin que ella lo supiera.

Esto se conoce como double tracking, un proceso ilegal que estuvo en el centro de la debacle inmobiliaria hace una década. 

Su casa fue vendida en subasta a un fondo de cobertura llamado Colony Capital, quien más tarde lo vendió a otra compañía, Invitation Homes.

“He estado luchando durante seis años”, dijo Venegas. “Todavía estoy en mi casa. Me niego a dejar mi hogar”, dijo la miembro de la organización de base Alianza de Californianos para el Empoderamiento de la Comunidad (ACCE).

“Quiero decirles (a la gente) que hay apoyo y ayuda”, dijo Venegas.

Y ese fue también el propósito de la reunión, dijo Trini Rodríguez, una de los cofundadores del Centro Cultural Tía Chucha y uno de los organizadores del evento.

“El propósito es encender un fuego en nuestra imaginación y en nuestra organización”, declaró.

Una organización que la Campaña de la Gente Pobre espera que se extienda por todo California, que cuenta con uno de los más altos precios de vivienda y alquiler en el país.

La campaña busca reunir a grupos comunitarios para tomar medidas políticas sobre los muchos temas que rodean la pobreza en un momento en que la economía supuestamente va bien.

“La economía se está convirtiendo en un desastre natural”, dijo Luis Rodríguez, otro fundador del Centro Cultural Tía Chucha. “Ya no vamos a culpar a las víctimas. Vamos a centrarnos en nuestra propia liberación y nuestras propias respuestas”. 

Respuestas y soluciones que abarcan la creación de jardines comunitarios y la construcción de pequeñas casas en lotes vacíos y hacer llegar a las personas sin hogar información para que sepan de los recursos y la ayuda disponible para ellos.