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Cada sábado por la mañana, el salón de la iglesia Lighthouse of San Fernando, una congregación que se ubica en el 622 N. Maclay Avenue, se llena de bolsas con pan, cajas de cereal y cualquier otro comestible que provea esa semana el Banco de Comida de Los Angeles.

En total, 100 bolsas con alimentos se regalan a cualquiera que llegue a la iglesia y necesite un poco extra para su mesa, o en el caso de Maria García, pueda sustentarla por unos días.

Los únicos ingresos de esta mujer jubilada de 75 años son los $700 que recibe del Seguro Social. Ella vive en San Fernando. Afortunadamente, recibe ayuda gubernamental para pagar la renta de su apartamento, pero debe alargar esos $700 para pagar por el resto de sus gastos.

“No como mucho”, dice ella mientras carga una de las bolsas con comida que regala la iglesia. “Esto es una gran ayuda que regalen comida”.

Hace unos meses, García tuvo que ir al dentista para que le sacaran una muela que le estaba molestando. Ella tuvo que pedir dinero prestado para pagar por el tratamiento dental y todavía está pagando esa deuda.

García, quien sufre de diabetes y presión sanguínea alta, dice que nunca ha pasado hambre, pero en sus visitas al supermercado intenta comprar sólo lo más mínimo para mantenerse. No hay compras extravagantes ni gustos caros.

AYUDANDO A LOS MÁS NECESITADOS

La Iglesia Lighthouse of San Fernando ha estado regalando comida por unos ocho meses. No se hacen preguntas de aquellos que llegan en busca de los alimentos. Usted no necesita presentar prueba de ingresos, ni tampoco tiene que asistir a una congregación en la iglesia ni escuchar un sermón. Todo el mundo es bienvenido.

Anthony Bertolino y su esposa Marilene están a cargo del ministerio de alimentos.

Ellos van al Banco de Comida y llevan los alimentos a la iglesia cada viernes en un camión. “Vamos al banco de comida y lo llenamos con ocho paletas de comida cada semana”, dijo Anthony.

“Un grupo de miembros de la iglesia ayudan a distribuir la comida en 100 bolsas”, agregó Anthony.

Las bolsas se colocan en una mesa y la entrega de alimentos empieza a las 9 a.m. hasta que alguien se lleve la última.

Cada semana hay leche, yogurt, ensalada, queso, huevos y algo de carne. Pero esto varía en cantidad y tipos. Una semana hasta hubo sushi.

Anthony indicó que ellos sienten el llamado para “bendecir la comunidad”, y esto toma muchas formas.

“Queremos darles alimento físico así como espiritual”, indicó Anthony.

En estos ocho meses ha descubierto “que hay una gran necesidad de alimentos”.

Dijo que muchas personas “dependen en nosotros como una fuente de alimentos”.

“Hasta hay gente pobre que nos quiere dar dinero porque la necesitan tanto y su corazón esta tan agradecido”, dijo Anthony. Pero él nunca pensaría en aceptar ese dinero.

La demanda existe, dice y cree que la entrega de comida podría expandirse fácilmente a 200 bolsas por semana. Pero por ahora es todo lo que les da el Banco de Comida.

Adrián Ramírez, de 58 años, es otra de las personas que llega a la entrega de comida regularmente.

“No puedo trabajar. Esta duro mantenerse a flote”, dijo el residente de San Fernando.

Eulalia Barajas también dice pasar dificultades tratando de sobrevivir con el dinero que recibe ella y su esposo por parte del Seguro Social. A veces ellos reciben un poco de ayuda de sus hijos, pero dice que no quiere molestarlos ni depender de ellos. Su esposo sufre de insuficiencia respiratoria y ella lo cuida.

“Siempre estoy viendo como alargamos lo que tenemos”, dijo Barajas quien se detuvo en la iglesia atraída por un cartel que portaba Marilene afuera, anunciando la comida gratis.

“Mucha gente no sabe que estamos aquí”, dijo Marilene.

HAMBRE EN EL CONDADO  

La falta de comida o la inseguridad alimenticia es un desafío diario para millones de angelinos.

Un estudio reciente publicado por el Departamento de Salud Pública del Condado de Los Angeles concluye que: la inseguridad alimenticia es un gran problema de salud pública que ha alcanzado proporciones de crisis en el condado.

La inseguridad alimenticia incluye todo, desde patrones alimenticios perturbados y reducción en el consumo hasta la falta de calidad dietética y variedad, según la definición del Departamento de Agricultura de Estados Unidos.

La prevalencia de la inseguridad alimenticia creció de forma dramática después de la recesión económica y hasta el 2013 no se había repuesto a los niveles de antes de la recesión, según el reporte. Cerca de 17.5 millones de hogares en todo el país experimentaron inseguridad alimenticia ese año. Más de 1.2 millones de adultos vivían en 530,000 hogares con inseguridad alimenticia en el Condado de Los Angeles en 2011, según el reporte.

“Un suplemente inadecuado de comida puede tener muchos efectos negativos en el bienestar físico y mental y puede tener efectos adversos a la salud para toda la vida. Animamos a aquellos que lo necesiten para que tomen ventaja de los recursos disponibles, como el programa CalFresh, que se ofrecen a través del Departamento de Servicios Sociales Públicos del condado de Los Angeles”, indicó Cynthia Harding, MPH, Director Interino del Departamento de Salud Pública del Condado de Los Angeles.

El reporte “Determinantes Sociales de la Salud: Inseguridad Alimenticia en Aumento en el Condado de Los Angeles” resalta que muchos adultos que trabajan tienen dificultades para suplir sus costos de vidas en el Condado de Los Angeles. Casi la mitad de los adultos que viven en hogares con inseguridad alimenticia tuvieron algún tipo de empleo, pero aún así no podían comprar alimentos de forma consistente y de manera apropiada. Las implicaciones  potenciales de esto es que aquellos que no pueden conseguir la comida que necesitan están en un mayor riesgo de problemas de salud, incluyendo obesidad, y también están menos propensos a poder pagar por cuidado médico y vivienda.     

BANCO DE COMIDA DE LOS ANGELES

Por 42 años, el Los Angeles Regional Food Bank ha tratado de mitigar este problema.

La organización provee comida a cerca de 280,500 personas cada mes y en 2014 distribuyó 59 millones de libras de alimentos. El Food Bank colecta artículos comestibles de cientos de lugares, los cuales distribuye a través de 690 agencias a través del Condado de Los Angeles.

El Food Bank siempre está en busca de donativos para continuar su labor. Ellos sostienen que por cada $1 que usted done, se puede comprar un plato de comida para cuatro personas. Usted también puede contribuir al servir como voluntario. Más de 33,000 personas donan su tiempo en el Food Bank anualmente para poder mover un millón de libras de alimentos cada semana.

Esa comida se distribuye a través de numerosos lugares en el condado, como lo hace la iglesia Lighthouse of San Fernando cada semana.