A. Garcia / El Sol

Elsa Arellano se veía cabizbaja e incrédula.

Estaba parada en medio del restaurante Rocio’s Mole de los Dioses del que es dueña junto con su esposo, Alonso Arellano y su socia comercial Rocío Camacho. Era la media mañana de este pasado lunes 25 de agosto, cuando debían haberse estado preparando para la hora del almuerzo, un punto álgido del día. Pero en cambio el lugar estaba vacío y callado.

Un día antes, alrededor de las 2 a.m. alguien aparentemente prendió fuego de manera intencional al restaurante sobre la cuadra 8200 de la avenida Sunland, cerca de la esquina con la calle San Fernando en Sun Valley.

Selena Arellano, la hija de Alonzo, dijo que pasaba por el lugar a esa hora cuando vio los camiones de bombero.

“Regresaba de la casa de una amiga y vi las escaleras y le dije a mi novio que parara. Corrí aquí. Todo mi cuerpo estaba temblando”, relató.

Para cuando los bomberos llegaron al lugar, el incendio consumía la cocina del restaurante. Las autoridades dicen que los responsables utilizaron revistas para prender el fuego.

Se perdieron miles de dólares en equipo de restaurante. La cocina es una masa de objetos ennegrecidos y derretidos. Hay agujeros en las paredes y el techo colapsó. Los baños y las mesas y sillas donde se sentaban los clientes también sufrieron daños por el humo y el agua.

Los propietarios todavía no saben a cuánto ascienden los daños causados por el incendio.

Ella dijo que no contaban con seguro para los enseres del restaurante. Solo el edificio estaba asegurado.

Eso significa que ellos tendrán que sacar de su bolsa para compensar lo perdido.

“¿De dónde sacas dinero si no te está entrando dinero?”, preguntó ella.

Afortunadamente, el negocio contiguo, una fábrica de tortillas también propiedad de la familia, solo sufrió daños menores, pero los ingresos que se perciben ahí no son suficientes para ayudarles a reabrir el restaurante que proveía el principal ingreso de la familia.

Camacho, la chef y socia comercial de la familia que le dio al restaurante su toque y sabor distintivo, famoso por sus moles de Oaxaca en variedad de estilos, mostraba aún más pesimismo.

“Siento informarles que anoche (el domingo) alguien se metió y le prendió fuego al restaurante. Nuestra cocina fue incendiada. Gracias a todos por su apoyo. No sabemos cuándo o si podremos abrir otra vez”, escribió en la página de Facebook del restaurante.

El negocio de Sun Valley abrió en 2012 y fue recibido con gran aliento por parte de críticos de cocina y clientes. Los artículos de periódicos y revistas que hablaban del restaurante y que estaban colocados en una pared de la entrada mostraban los daños del humo y el agua de las mangueras de los bomberos.

UNA RACHA DE ROBOS

El incendio fue el último de una serie de actos criminales que ha sufrido el negocio.

Elsa dijo que ladrones se habían introducido a robar dinero al restaurante y que ellos han tenido que pagar para cambiar ventanas y puertas rotas, así como cambiar las chapas.

En una ocasión, los ladrones se llevaron la caja de seguridad, en otra vez apenas $10 dólares.

Debido a esto tomaron la decisión de esconder el dinero y dejar las cajas registradoras abiertas, para mostrar a los ladrones que no había nada que robar en el lugar.

Pero Selene cree que esta decisión pudo haber sido la razón del incendio.

“Ellos no vieron dinero, se enojaron y prendieron el fuego”, planteó.

Las autoridades siguen investigando el hecho. El lunes por la mañana buscaban evidencia que pudiera llevarlos a identificar a los responsables.

La familia tiene la esperanza que las cámaras de seguridad dentro del restaurante hayan captado a los incendiarios.

Mientras, los dueños buscan salvar lo que haya quedado de los enseres del restaurante mientras lidian con los medios de comunicación y los investigadores.

También han establecido una cuenta en el sitio web GoFundMe tratando de buscar donativos que los ayuden a comprar una “lonchera” (camión de comida) donde puedan poner a trabajar a sus empleados y puedan generar ingresos mientras intentan recuperarse.

“Tenemos años invertidos en esto y es triste que alguna persona miserable haga esto. ¿Cómo le pueden hacer esto a las familias que trabajan, eso es terrible”, dijo Elsa.

Familias como las de Luz Serrano, una de las 20 empleadas que llegaron el lunes para ver si recibirían su cheque de pago y averiguar si tendrían empleo.

“Nos quedamos sin trabajo”, dijo Serrano mientras estaba frente al restaurante. “Ojalá que los agarren y que reciban el castigo que merecen por todo el sufrimiento aquí”.

Serrano, quien tiene una hija de 15 años, dijo que se disponía a buscar un nuevo trabajo.

“Yo soy responsable por ella. Soy la que provee para la casa. Si no trabajo, no comemos”, dijo Serrano.

Ella sabía de los robos anteriores y dijo que si lo que los ladrones querían era dinero, no había necesidad de quemar el restaurante.

“No tenían por qué hacer tanto daño”, expresó.

AYUDA

El restaurante abrió una página de GoFundMe pidiendo donativos para poder recuperarse y reabrir. Si quiere ayudar, visite www.GoFundMe.com/MoleOftheGods