CUBA
Posponen juicio a artista tras campaña de firmas
El juicio al artista plástico y fuerte crítico del gobierno cubano Luis Manuel Otero Alcántara por presunta violación de los símbolos patrios fue suspendido el miércoles, mientras decenas de intelectuales -incluidos algunos simpatizantes de la revolución- protestaron por su arresto o firmaron por su liberación.
“No calcularon (las autoridades) el respaldo mediático y del gremio artístico que tuvo, el apoyo”, dijo a The Associated Press el productor musical Michel Matos, quien como Otero Alcántara pertenece al grupo de creadores del Movimiento San Isidro.
Matos destacó la suspensión temporal el proceso como un éxito de la movilización del sector artístico. “Entienden que no pueden llevarse a un artista por algo tan simple… lo quieren condenar por su actitud cívica”, agregó.
Las autoridades no informaron el motivo de la suspensión ni qué pasará de ahora en más, indicó Matos.
Otero Alántara, de 32 años, fue detenido a comienzos de marzo y se lo acusó de ataque a los símbolos patrios y daños. La primera figura podría estar relacionada con una performance que realizó en 2019 fotografiándose en distintos lugares con la bandera nacional -como por ejemplo en un baño-, pero se desconocen las razones del segundo cargo.
Sin nombrarlo de manera explícita, el periódico oficial Granma se refirió el miércoles al caso de Otero Alcántara como parte de “campañas contra Cuba, especialmente denigrando e involucrando a nuestra cultura”.
“Ahora otro ‘luchador de turno’ emerge a titulares desde el ‘arte conceptual’ por realizar performances usando vergonzosamente como trapo -y no como atuendo- a la bandera nacional, acción penada según las leyes cubanas”, expresó el artículo de Granma.
Figuras prominentes -algunas con simpatía hacia los idearios de la revolución y el gobierno- se pronunciaron en los últimos días contra el encarcelamiento de Otero Alcántara, quien por lo general realiza provocativas performances.
CHILE
Tras meses de protestas, la incertidumbre predomina
La intensidad de las protestas que lleva casi seis meses remeciendo sus calles ha disminuido, pero la incertidumbre no abandona el corazón de los chilenos. Ahora, de cara a los cambios que se avecinan e incluyen la posibilidad de reescribir la constitución, la mayoría se debate entre el temor y la esperanza.
Tras un periodo vacacional que mermó las manifestaciones en semanas pasadas, el retorno a las actividades rutinarias como la escuela, la universidad y el trabajo desató preocupaciones porque en las redes sociales siguen surgiendo convocatorias a marchas que suelen ir acompañadas de encapuchados responsables de actos violentos.
Las protestas que siguieron al estallido social del 18 de octubre exigían mejores pensiones, salud y educación. El presidente Sebastián Piñera ofreció algunos cambios, pero éstos parecen estar lejos de satisfacer a los chilenos.
El contraste entre los sentimientos y emociones que hoy se perciben en las calles de Chile es generacional: mientras muchos adultos mayores que vivieron la dictadura militar (1973-1990) sienten miedo ante un posible incremento de la violencia -aunque ahora el panorama dista mucho del que detonó el golpe castrense-, los jóvenes nacidos en democracia confían en que la situación cambiará si siguen protestando.
“Siento impotencia. Creo que no hay medidas en contra de eso (la violencia). También tengo una sensación… de susto. Ellos (los jóvenes) no han vivido la dictadura, (no saben) en qué puede terminar… que se vaya de las manos”, dijo a The Associated Press el cirujano dental Gonzalo Álvarez, de 62 años.
La intranquilidad de este hombre no es gratuita: la policía chilena ha sido señalada por organismos internacionales de violentar los derechos humanos al hacer un uso excesivo de la fuerza para reprimir las manifestaciones. Y aun ahora, que no han surgido nuevas críticas, las autoridades siguen sin poder controlar del todo la violencia que se desata en las inmediaciones de las manifestaciones.
En contraste con el cirujano, el contratista Cristian Ramírez, de 34 años, se muestra esperanzando. “Yo soy optimista y confío en que si seguimos protestando el gobierno tendrá que hacer cambios de verdad… Yo pienso seguir protestando hasta que lo logremos”, señaló a la AP.
ECUADOR
Confía equilibrar sus finanzas con nuevo paquete
El gobierno de Ecuador confía en que un nuevo paquete económico, que incluye un recorte al gasto público y la eliminación de algunas áreas de gobierno, le permita compensar una caída en sus ingresos derivada de la caída del precio del petróleo y los efectos del nuevo coronavirus.
El anuncio del paquete ocurre casi seis meses después de que otro plan provocara una serie de protestas sociales que forzaron a las autoridades a dar marcha atrás, aunque algunos analistas consideran que los riesgos de inconformidad social se reducen debido a que ahora no se afecta tanto a la gente de a pie.
El ministro de Economía, Richard Martínez, dijo a la red de televisión Ecuavisa que el gobierno espera recaudar unos 2.200 millones de dólares con las nuevas medidas. Dijo que la propagación del coronavirus COVID-19 ya había tenido un impacto en la economía, pero con la caída del precio del crudo, “el resentimiento de la economía fue mayor”.
La noche del martes, el presidente Lenín Moreno, anunció que el paquete incluida un recorte presupuestario de 1.400 millones de dólares, el refinanciamiento de la deuda externa, además de un incremento de 0,75% a las retenciones impositivas a grandes empresas y un único pago de 5% del valor de los automóviles con precios superiores a 20.000 dólares.
También dijo que los empleados públicos deberán aportar temporalmente un porcentaje de su salario al Estado, aunque no precisó el monto.
En octubre, el presidente Lenín Moreno eliminó el subsidio a los combustibles en un intento por compensar las cuentas fiscales, pero desencadenaron duras protestas sociales por 13 días seguidos y virtualmente paralizaron al país por el mismo tiempo. La medida se revirtió.
Fausto Ortiz, exministro de Economía y actual analista en temas financieros, dijo a The Associated Press, dijo que las medidas sólo enfrentan la coyuntura, aunque dijo que no anticipa movilizaciones sociales.