M. Terry / El Sol

Buenos tiempos — Derrick Taylor, entrenador del equipo masculino de basquetbol en la secundaria Taft ha regresado al plantel luego de cuatro años en St. John Bosco de Bellflower.

Derrick Taylor siempre ha sido, primero que todo, un tipo de Taft.

Aunque creció en Sur Los Angeles — en la esquina de las calles “89th y Central”, dijo recordando sus raíces — jugó basquetbol y se graduó de la secundaria Taft. Su primera experiencia en el banquillo como entrenador fue ahí, cuando el entonces entrenador Jim Woodward le pidió en 1987 que cubriera a otro asistente durante un partido de liga de verano. Taylor descubrió que ser entrenador era su pasión. “Nunca dejé Taft y nunca regresé a jugar. Ese día me di cuenta que esto es lo que me gusta hacer”.

Entrenó al equipo secundario de la escuela por más de 10 años. Apreciaba y buscaba el atletismo. También demandaba a sus jugadores que usaran sus mentes tanto como sus cuerpos en la cancha.

“Como jugador, yo pensaba como [un entrenador]”, dijo Taylor. “Siempre     sacaba la pelota, yo era el tipo por quien pasaba el balón. Una marca típica para mi era 14 puntos, 6-8 rebotes y 4-5 asistencias. Jugaba con mi cerebro”.

El segundo equipo de la escuela que entrenó fue muy exitoso, ganando 144 de 160 partidos y 10 campeonatos consecutivos de liga. Y aunque Taylor era feliz — estaba en Taft, después de todo — sí se preguntaba si podría entrenar al equipo titular.

Esa misma pregunta se hacían escuelas como la secundaria Cleveland, que le ofreció el equipo masculino. Cuando Taylor le dijo al entonces entrenador del equipo masculino de Taft, Mark Drucker sobre esta oferta, éste le dio una sorpresa: Drucker quería que Taylor fuera el entrenador en la escuela.

“Mark dijo que dejaría el puesto para mí porque no quería que yo me fuera. Así fue como obtuve el empleo en Taft”, dijo Taylor. “Y Mark era más joven que yo; él había estado entrenando a los chicos menos de 10 años. Y acababa de terminar una temporada con 20 triunfos”.    

Drucker, ahora el director deportivo en Taft y entrenador del equipo de basquetbol femenino, definitivamente no quería que Taylor tomara las riendas de otra escuela, especialmente en “nuestra liga”. Pero cuando Drucker le dijo la oportunidad a Taylor de asumir el cargo, también le permitió estabilizar otra situación.

“El equipo de basquetbol femenino había pasado por cuatro entrenadores en cuatro años”, dijo Drucker. “Así que cuando yo tomé las riendas de las chicas ese año, les dije ‘no voy a ser el quinto entrenador para ustedes en cinco años. Voy a continuar con ustedes’. Aparte que era un progreso natural para Derrick tomar el trabajo del equipo masculino”.

Darle a Taylor su primer trabajo como entrenador de nivel varsity (del primer equipo) resultó no ser una apuesta, sino algo seguro. Entre 2001-2 y 2010-11, él ganó 10 títulos de la Liga West Valley y tres campeonatos de la City Section, y Taft se convirtió en un poderoso programa en el Sur de California. Para el final de la temporada 2010-2011, le llegó otra oportunidad: los administradores de la secundaria St. John Bosco en Bellflower le ofrecieron un empleo, empezando con el año académico 2011-12.

Su tiempo en St. John Bosco también resultó provechoso. En su primera temporada, 2011-12, los Braves ganaron 25 partidos, alcanzaron las semifinales de la División 3A de la Southern Section y las finales regionales estatales de la División II, perdiendo cada partido por un punto. La siguiente temporada, St. John Bosco ganó 24 partidos y el título de la División 3A en la Southern Section en 2013. El próximo año, los Braves no ganaron el campeonato de la sección, pero sí el título de División II estatal 2014.

En 2014-15, St. John Bosco tuvo su nivel más bajo de triunfos bajo Taylor (18) y perdieron en la primera ronda de la postemporada de la Open Division ante Sierra Canyon, y en los cuartos de final de los playoffs regionales estatales de la División I ante la secundaria Union de Redondo Beach. Irónicamente, la última victoria de los Braves en esa temporada llegó contra Taft en la postemporada.

El mundo del basquetbol esperaba que Taylor tuviera a los Braves compitiendo por el título una vez más en 2015-16.

Pero, sin hacer mucho ruido, una semana después de la derrota ante Redondo Beach — el 20 de Marzo de 2015 — Taylor dejó St. John Bosco.

Taylor no habla abiertamente de lo que precipitó su partida. Pero ofrece un par de pistas.

“No era un buen ambiente para mi”, dijo. “La administración cambió. Era divertido cuando empecé. Estaba motivado en trabajar con el director original que me entrevistó. Luego se fue para tomar un empleo en otra escuela privada. Llegó un nuevo director— su nombre es Casey Yeazel.

“El primer año, tenemos el mejor año en la historia de la escuela, llegamos a las finales regionales — nunca antes llegaron tan lejos — perdemos contra Alemany que tenía marca de 33-2 con 1.5 segundos en el reloj. (Alemany ganó el campeonato estatal esa temporada). El segundo año ganamos el campeonato de la Southern Section y nos dan un puesto en la nacional. El tercer año ganamos la División I estatal, estábamos en los cuartos de final. Pero [Yeazel] me dijo que cualquiera pudo haber lo que hicimos. Me dijeron que no encajaba con la cultura”.

¿Un entrenador con registro de 90-39 en cuatro años, además de un título estatal y de sección, “no encaja” de repente?

Taylor toma una pausa, sopesando cuidadosamente sus palabras.

“He hecho esto por 15 años. Y no todo el mundo — con la excepción de un McKnight, un [Ed] Azzam (de Westchester), (David) Kleckner en Etawanda, (Harvey) Kitani (de Fairfax) — no hay muchos de nosotros que hayan tenido este nivel por un largo tiempo. Así que obviamente sí puedo hacer algo. Pero él me dijo que cualquiera lo podía hacer”.

Taylor enfatiza que la mayor parte de su experiencia en Bosco fue positiva. “Aprendí mucho en Bosco. Crecí. Y conocí muchos y verdaderos buenos amigos en Bosco. Esa experiencia fue la mejor para mi. Y me apoyaron”.

Taylor dejó Bosco sin tener una oferta de empleo a la vista. Pero no le tomó mucho tiempo. Se entrevistó (una vez más) en Cleveland y también en St. Francis de La Canada. Era uno de los finalistas para ambos puestos.

Luego recibió noticias una vez más por parte de Drucker.

“Mark llamó y dijo que estaban pensando en hacer un cambio, y que si yo estaría interesado en regresar y ser entrenador en Taft”, dijo Taylor. “Yo dije que no a costa de que otro hombre perdiera su trabajo. El dijo no, el entrenador tuvo algunos problemas familiares y ya se iba. Le dije que lo pensaría. Eso fue un sábado. El dijo que debía tener una respuesta para el lunes o que irían con alguien más. Lo pensé y dije que si iba a regresar al basquetbol, iba a regresar a casa”.          

Por su parte, Drucker no podía creer que Taylor estuviera disponible otra vez.

Taylor fue contratado en Julio, pero solo como entrenador del equipo masculino. Su trabajo de día es ser director del equipo de desarrollo deportivo. El contrata a los entrenadores y supervisa cada faceta del programa deportivo, desde la primaria hasta la secundaria. La escuela Pilgrim está construyendo un complejo deportivo por $14 millones y Taylor está muy involucrado en el proyecto. “Ellos quieren elevar el nivel de competividad en el campus”, dijo.

Hace lo mismo con Taft. Los Toreadors han iniciado con marca de 7-2 antes de su partido contra la secundaria Lancaster en el Torneo Clásico de Navidad Chaminade de este sábado 26 de Diciembre. Y no son un equipo completo — cuatro transferencias que tuvieron que estar en la banca al inicio de la temporada 2015-16 podrían ver su primer partido como jugadores en ese torneo.

Dos otros jugadores que se transfirieron ya han hecho un impacto. El guard Kihei Clark, que el año pasado estuvo en la secundaria Buckley de Sherman Oaks, ya aprendió que Taylor tiene altas expectativas de quien juegue esa posición. “El demanda mucho de sus point guards, incluyendo liderazgo”, dijo Clark. “Pero ha entrenado a bastantes buenos. Quiero ser uno de ellos”.

El guard Marcel Addy asistió al rival de liga El Camino Real el año pasado, pero dice que lo han hecho sentirse como en casa. “Sabía que él era un gran entrenador”, dijo Addy. “Ahora que estoy aquí, es como pensé que sería”.

Taylor tuvo una reacción similar en su regreso a Taft, aunque eso signifique tener que lidiar con el tráfico todos los días cuando deja Pilgrim.

“Salgo de mi casa a las 6:30 cada mañana, y llego en la noche a las 9:30. Y no cambiaría nada. ¿Qué más voy a hacer? Tengo lo mejor de ambos mundos, y me encanta”.