M. Terry /  El Sol

El pasado 14 de Marzo, en la Corte de San Fernando, unos 30 miembros de la familia y amigos de Sandra Durán vieron por primera vez a Estuardo Alvarado, el hombre acusado de matar a la madre de dos hijos residente de Arleta en un accidente de auto en las calles del Valle de San Fernando hace casi un mes.

Su presencia en la Corte avivó aún más los niveles de enojo y pérdida que han estado sintiendo desde la muerte de Durán.

“Estoy muy enojado”, dijo Rodrigo Macias, novio de la víctima. “Creo que [la familia] todos sienten que esto podría haberse evitado. Lo que pensé es que él no debió haber estado aquí desde el principio. Nosotros no deberíamos albergar a inmigrantes ilegales aquí en la ciudad de Los Angeles”, dijo Macias.

Alvarado – que llevaba una barba de chivo y pelo corto, y vestía uniforme azul de la cárcel con una camiseta blanca debajo – estuvo sentado tranquilamente mientras se fijaba la fecha para regresar a corte el 18 de abril. Su fianza se fijó $2.18 millones. Él permanece en custodia.

Alvarado, de 45 años y residente de Lake View Terrace, fue arrestado después que su vehículo, un Dodge Durango modelo 1999 se estrelló en el coche de Durán, matándola el 19 de Febrero cerca de la esquina del bulevar Sepulveda y la calle Plummer en North Hills. Al momento del impacto supuestamente iba a exceso de velocidad huyendo de otro accidente en el que presuntamente participó en calles resbaladizas debido a la lluvia antes de estrellarse con el Toyota Camry de Durán. Durán, de 42 años, murió en el acto.

El hijo mayor de Durán, Christian Galbán, de 18 años y su novia Stephanie García, eran pasajeros en el coche de su madre. Galbán fue atendido y dado de alta, mientras que García necesitó una semana de hospitalización para recuperarse de sus lesiones internas.

Los cargos de delito grave de Alvarado incluyen asesinato y homicidio involuntario vehicular mientras iba intoxicado

Lo que empeoró las tensiones que rodean el caso fue la revelación de que Alvarado es un inmigrante indocumentado con un largo récord criminal previo que incluye condenas por DUI (conducir bajo la influencia). Él ya había sido expulsado cinco veces del país, más recientemente en 2011 según la base de datos del Departamento de Seguridad Interna.

Macias, quien habló durante una improvisada conferencia de prensa afuera de la Corte después de la audiencia, dijo que planeaba estar en cada paso judicial hasta que se resuelva el caso.

Dijo que la muerte trágica de sus prometida no debería haber ocurrido en estas circunstancias.

“Sé que California no apoya la pena de muerte, pero sería mi primera opción. Pero obviamente, queremos justicia con toda la extensión de la ley”.

Dijo que el acusado “nos quito todo. Realmente nos sentimos engañados por nuestros políticos. Nos sentimos engañados por nuestro Alcalde [Eric Garcetti]. Ni una solo vez el Alcalde  ha llamado, nos visitó o nos envió un mensaje de texto. (El Jefe de la Policía, LAPD) Charlie Beck no nos visitó. Nadie lo ha hecho. Tenemos una mejor oportunidad de que el Presidente (Donald Trump) nos visite de que nuestro Alcalde y nuestro Jefe Policial nos visite. Así es como me siento”.

Santos Durán, el padre de la víctima, al principio no quería responder directamente a las preguntas sobre el impacto que la muerte de su hija tendría el actual clima político sobre la inmigración y el empuje de la administración Trump para deportar a un gran número de inmigrantes indocumentados de Estados Unidos.

“Sólo pienso en mi hija y mi familia y mi hija. Eso es todo lo que me importa. Lo que digan los demás, lo dicen”, expresó.

Pero no oculta su enojo y su dolor por la pérdida de su hija.

“Es mi hija lo que esta persona se llevó. Un día ella estaba en casa, al día siguiente se fue. Es doloroso, muy doloroso para los padres, cualquier padre que tiene una hija… por supuesto que quiero justicia. Por eso estamos todos aquí (en la Corte). [Alvarado] cambió nuestras vidas”, dijo Santos.

“Mi hija vivió conmigo por 42 años; ella nunca salió de mi casa. Ella decía, ‘Papá, nunca te dejaré, siempre estaré contigo’. No quiero que algo como esto le suceda a alguien más. Es por eso [que la familia] esta aquí y hace estas preguntas. No quiero que nadie pase por lo que estoy pasando. Es doloroso, muy doloroso, sobre todo la manera en que [el asesino] tomó la vida de mi hija como lo hizo. Todavía pienso que mi hija va a regresar a casa. Es una casa vacía. Todo el mundo sufre”.

“Los pandilleros e ilegales son”, dijo Santos, “una historia diferente. Esto es en nombre de mi hija. Las personas que tienen derechos aquí, no tengo nada en contra de ellos. Ellos están tratando de ganarse la vida, al igual que tú y yo. Los ilegales… tienen leyes diferentes para ellos. Pero lo que me molesta ahora es que mi hija no está aquí. ¿Estamos sufriendo porque las leyes a veces…de que lado están — nuestra o de ellos? Deben haber leyes más fuertes para los ciudadanos”.

Él envió un mensaje fuerte para Alvarado si es declarado culpable.

“Espero que él pague por lo que hizo. Porque si esto le hubiera sucedido a él o su familia, estaría aquí parado y hablando de la manera que estoy hablando. Esa es la manera en que lo miro. Esto le pudo haber ocurrido a cualquier aquí – a cualquiera. Pero estoy aquí ahora, y digo las cosas como son. Si le hubiera ocurrido a él – que Dios no quiera, pero las cosas suceden – él estaría haciendo lo mismo si tuviera una hija como yo”.