F. Castro / El Sol

Edwin Pimentel 

Sentado en su auto híbrido sobre la calle Hubbard en Sylmar, Edwin Pimentel está esperando su próximo viaje como conductor de Lyft. Es viernes por la tarde y todavía le faltan algunos viajes antes de que pueda obtener un bono extra de $84, pero incluso mientras está detenido, está ganando algo de dinero.

Recibe $300 al mes por un anuncio digital arriba de su vehículo que cambia cada pocos segundos anunciando cosas diferentes: una aerolínea, un servicio de entrega de alimentos, etc.

“Un amigo me dijo de esto (los anuncios digitales que van encima de los autos). Tienes que rellenar un formulario. Ellos tienen el material y ellos lo instalan”, explicó el hombre de 37 años.

Un cable conecta el anuncio digital a la batería del auto para mantenerlo encendido, incluso cuando Pimentel está parado. “Cuando enciendo el carro, el anuncio se enciende”, explica.

El dinero extra que obtiene de la valla digital ha sido una bendición para Pimentel, que antes incluso estaba considerando conseguir un trabajo a tiempo parcial para tener más ingresos.

“Es una gran ayuda”, dice, explicando que paga $582 al mes por el coche híbrido de modelo reciente que conduce, sin incluir la gasolina. En una semana, Pimentel puede ganar entre $300 y $1,300 de su trabajo con Lyft, dependiendo de cuántas horas conduce. 

Es un beneficio para él y por eso no puede entender por qué alguien quiere prohibir esta nueva forma de publicidad. 

Ese alguien es el concejal de Los Ángeles Bob Blumenfield, quien representa el oeste del Valle de San Fernando. Ha estado luchando contra compañías de vallas publicitarias y ahora ha centrado su atención en Firefly, la empresa de publicidad detrás de estos carteles digitales encima de automóviles. 

El concejal introdujo una moción prohibiendo todos los anuncios de Firefly en la ciudad; hay unos pocos cientos de ellos. Blumenfield los considera una distracción para otros conductores y en una columna de opinión para el periódico Los Angeles Daily News escribió que “si hacemos que estos anuncios digitales vuelen a través del tráfico, nos arriesgamos a hacer que cada calle de Los Ángeles se ilumine tan brillante como la parte superior de una ambulancia, inherentemente lo que hace que sea inseguro para cualquiera que comparta la carretera”.

A principios de este mes, el Comité de Transporte del Ayuntamiento aprobó la moción, pero también dirigió al personal de la ciudad para producir un informe sobre la creación de un programa piloto para los dispositivos.

La moción de Blumenfield también dirige al procurador municipal a preparar una ordenanza solicitando al Departamento de Transporte y el Departamento de Policía de Los Ángeles a tomar medidas de ejecución contra los conductores que operan vehículos con los dispositivos dentro de la Ciudad.

El portavoz de Firefly, Peter Gould, lamentó la decisión. 

“La moción del concejal Blumenfield para criminalizar la publicidad digital en los techos de los autos se llevará el ingreso extra crítico de cientos de conductores de viajes compartidos de Los Ángeles que ya están luchando para ganarse la vida y los taxistas que ya están en desventaja. La eliminación de esta oportunidad innovadora para ganar ingresos adicionales empujará aún más a muchos de estos conductores al borde”, dijo Gould en un comunicado enviado al periódico San Fernando Valley Sun/El Sol.

“Las pantallas inteligentes de Firefly en L.A. cumplen con todos los requisitos aplicables del código del vehículo estatal y las leyes locales. Los carteles digitales de fueron desplegados en los taxis de Los Ángeles en 2012-2013, y fueron inspeccionados y aprobados para su operación por LADOT”, dijo.

Firefly también comparte un estudio de la USC publicado en Febrero que revela que la publicidad digital en los techos de los taxis y vehículos de viajes compartidos podría estimular la economía de Los Ángeles hasta $16 millones anualmente.

El análisis del profesor Greg Autry de la USC Marshall School of Business revela que “la propuesta del concejal Blumenfield perjudicaría a los taxistas al eliminar la oportunidad de obtener ingresos adicionales sin trabajar más horas”.

Porque en este caso, tanto los taxis como las empresas de viajes compartidos se oponen a la medida.

Los presidentes de la Asociación Independiente de Propietarios de Taxis, LA Checker CAB y los United Independent Taxi Drivers, Inc. habían pedido al Comité de Transporte del Consejo que rechazara la propuesta. 

Pimentel también la rechaza. 

“Creo que es injusto. Esta compañía (Firefly) ha cumplido con todo en la ley”, dijo. 

Y no cree que los anuncios distraigan.

“Estas anuncios son para la gente que camina fuera”, dijo, señalando a los coches que pasaban al lado del suyo sin detenerse. 

“Hasta el día de hoy no ha habido informes de un accidente debido a la distracción”, añadió Pimentel. 

“Hay otras cosas que son mucho más peligrosas y no están haciendo nada”, agrega y habla sobre los scooters (monopatines) eléctricos que uno puede recoger en muchas esquinas de la calle.

“Los que van (en los scooters) no respetan ninguna ley (de tránsito). A veces ocupan todo el carril y no llevan cascos y eso es realmente peligroso”, señaló Pimentel.