Miles de negocios han cerrado debido al coronavirus y millones de personas se han quedado sin trabajo. Otros, afortunados, siguen devengando un sueldo trabajando desde casa.
Pero David, un residente de Pacoima, no tiene la opción de quedarse en su hogar, ni dejar de trabajar. Con tres hijos menores, el hombre que se gana la vida vendiendo frutas y trabajando en la jardinería debe salir a ganarse la vida aún en tiempos difíciles.
Y al contrario de millones desesperados por la falta de ingresos, él no puede solicitar seguro de desempleo ni espera con ansias los cheques de $1,200 por persona aprobados recientemente por el gobierno en un paquete para rescatar la economía.
David es inmigrante indocumentado y por lo tanto, no tiene derecho a estos beneficios, explica Jackie Vimo, analista de políticas públicas del National Immigration Law Center (NILC).
Los requisitos para recibir los cheques es estar declarando los impuestos y para eso deben tener un número de Seguro Social y además deben ser residentes, indica Vimo.
“Lo importante es que si no tienes número de Seguro Social y no son residente, no vas a poder calificar para los $1,200 o los $500 (por niño)”, indica Vimo.
Ella agrega que este rescate económico “discrimina en contra de las familias de estatus mixto” donde algunos miembros sí pueden calificar para recibir la ayuda, pero otros no.
“Malas noticias para muchas familias”, señala Vimo.
Aquellos con DACA (Acción Diferida para los Llegados en la Infancia) y bajo TPS (Estatus de Protección Temporal) pueden acceder a beneficios de desempleo siempre y cuando sus permisos de trabajo estén vigentes, dice Vimo.
SALUD PARA MIGRANTES
Pero el COVID-19 no ve estatus migratorio.
Ciudadanos, residentes, beneficiados con DACA, TPS o los indocumentados pueden enfermarse de igual manera.
Pero los indocumentados a menudo piensan dos veces antes de ir a un hospital, ya que carecen de seguro de salud, pues ni siquiera pueden acceder a los programas subsidiados de Obamacare.
Afortunadamente, el condado de Los Ángeles tiene el programa MyHealthLA que ofrece atención médica gratuita a personas indocumentadas. El servicio ofrece tratamiento, pruebas, salud preventiva en respecto al coronavirus.
“El estatus migratorio de la persona, asimismo como la habilidad de pagar no restring tener acceso a este servicio”, dice Rigoberto Reyes, Director General de la Oficina para Asuntos de los Inmigrantes del Condado de Los Ángeles.
Reyes explica que un indocumentado con síntomas sospechosos de coronavirus puede hacerse el examen y recibir tratamiento bajo MyHealthLA.
Pero la recomendación antes de acudir en persona es llamar y preguntar cómo deben proceder.
El número de MyHealthLA es (844) 744-6452.
“Existen muchísimas clínicas que están para ayudar a la gente”, agrega Reyes.
CARGA PÚBLICA
También señala que esta ayuda “no va a ser incluida en la carga pública”, una normativa del gobierno de Donald Trump que negaría ajustes de estatus migratorio como residencia permanente, ciudadanía o incluso visas para el ingreso a Estados Unidos si una persona utiliza recursos públicos por 12 meses o más en un periodo de 36 meses.
Reyes recalca que “la información médica de una persona es confidencial y no puede ser compartida por las clínicas con nadie más que el paciente y los doctores ellos mismos”.
Su oficina también ofrece ayuda con la solicitud del seguro de desempleo, préstamos para empleadores afectados por el cierre de sus negocios debido al COVID-19, centros que ofrecen comida gratis y protección ante el desalojo de inquilinos. Además, puede denunciar estafas relacionadas con el coronavirus o manipulación de precios de aquellos que quieren tomar ventaja de la crisis.
Algunos de estos servicios no están disponibles para los inmigrantes indocumentados, pero si hay alguien en la familia que sea residente o ciudadano sí puede acceder a ellos.
El número de ayuda es el (800) 593-8222.
En medio de esta crisis, lo primordial si tiene preguntas o dudas sobre si califica para alguno de estos servicios es llamar e informarse.
“No tenga miedo de cómo su estatus migratorio les afectaría”, enfatiza Reyes.
‘EL AGUA Y EL JABÓN NOS VAN A SALVAR’
Estas ayudas continuarán mientras dure la crisis financiera, que se espera se alargue al menos un par de meses, aunque la emergencia sanitaria pudiera durar mucho más.
“Una de las predicciones es que en el verano esto decaia y puede regresar con el otoño y el invierno”, predice el Dr. Felix Aguilar, M.D. Director Médico del Chinatown Service Center.
En otras palabras, aunque el COVID-19 pudiera disminuir en los meses de calor, se teme que regrese en los meses de frío.
Esto debido a que “la mayoría de la población no tiene inmunidad” ante la nueva enfermedad y aunque se apague en una zona o por un tiempo, pudiera retornar en otra parte del mundo una y otra vez, explica el Dr. Aguilar.
Algo similar a lo que ocurrió con la Gripe Española que mató a entre 40-50 millones de personas en todo el mundo en tres oleadas entre 1918 y 1920. La gran diferencia entre esa pandemia y la que nos afecta actualmente es que la Gripe Española (que inició durante la Primera Guerra Mundial) mataba principalmente a los jóvenes creando exceso de fluido en los pulmones pues se cree que las personas mayores tenían inmunidad al haber pasado por pandemias similares anteriores.
Sin embargo, la Gripe Española estaba más cerca de la influenza que el COVID-19, que tiende a ser más letal con las personas mayores.
Y seguirá enfermando y matando hasta que se desarrolle una vacuna en contra de la enfermedad. Ya hay varias en investigación, pero tardaría al menos un año antes de que se descubra la más eficaz y con menos efectos secundarios.
Por el momento, recalca el Dr. Aguilar, su mejor defensa es el aislamiento social y lavarse las manos continuamente.
“El agua y el jabón lo mata”, señala. “No es un supervirus”.
COVID-19, la séptima mutación del coronavirus (que suele ser leve y que la mayoría de personas contraen en algún momento de su vida), tiene una cobertura de grasa y el jabón destruye esa cobertura.
“El agua y el jabón nos van a salvar”, dice el Dr. Aguilar.
Pero al contrario del coronavirus regular, esta nueva cepa es sumamente contagiosa y puede vivir en las superficies por mucho tiempo. Por ende, es importante mantener el distanciamiento social ya que se transmite a través de las gotas respiratorias que las personas producen cuando tosen, estornudan o al hablar.
Y aunque muchas personas han empezado a usar mascarillas, tapabocas caseras o incluso bandannas o pañoletas al salir de sus casas como manera de protección, esto no es totalmente necesario, explica el médico.
Los tapabocas son para personas que están enfermas o cuidadores de salud, indica el Dr. Aguilar.
“Las personas sanas no necesitan usar tapabocas”, recalca.
SALUD MENTAL
Lo que sí necesitan personas sanas es mantener su salud mental, que es igual de importante que la física, señala la Dra. Lisseth Rojas Flores, Profesora adjunta de Sicología Clínica, Departamento de Sicología Doctoral del Seminario Fuller en Pasadena.
Y la salud mental a menudo recae en los tiempos de incertidumbre, y más aún en medio del aislamiento social, por el que estamos pasando.
“Los pensamientos están muy conectados con sus sentimientos y cómo nos comportamos”, dice la Dra. Flores.
Hay que reconocer que estamos bajo estrés y darnos espacio y ánimo.
“La mente, el corazón y el alma están conectados y esos pensamientos pueden desencadenar reacciones corporales como dolor de cabeza, estómago, dificultad para dormir y terminar en un espiral hacia abajo”, añade.
Es por ello que recomienda mantener relaciones con seres queridos y familiares a través de llamadas telefónicas u otras formas de comunicación, y si es necesario, buscar apoyo emocional, ya que la desesperación, preocupación y zozobra por el COVID-19 “se puede intensificar y agravar”.
“En una crisis los más vulnerables son los que están en mayor riesgo”, advierte la Dra. Flores.
Trate de evitar sobrecargarse de noticias, especialmente de rumores o reportes falsos que se transmiten en redes sociales, y busque el humor, apoyo emocional y prácticas religiosas por Internet.
La “descarga emocional” también se puede lograr fácilmente caminando por 30 minutos diariamente alrededor de su vecindario (siempre y cuando mantenga el distanciamiento social), bailando o haciendo ejercicio con sus hijos en casa.
Algo más que recomienda la Dr. Flores es la exposición al sol, al menos por 15 minutos al día.
“Somos como los girasoles” que se abren con el sol, explica. “Los estudios muestran que estar bajo el sol, ver las nubes ayudan a reducir esos sentimientos depresivos”.
De la misma manera los momentos de oración y meditación ayudan a alimentar su alma, recomienda ella.
“El cuidarse a sí mismos es parte de prosperar en tiempos difíciles y maniobrar tiempos desconocidos”, recalca.
Esta historia se escribió con el apoyo de la Fundación Comunitaria Blue Shield y Ethnic Media Services