Una pequeña luz se podía apreciar al final de la reciente victoria de Taft sobre Los Angeles Fairfax 36-30.
Era difícil saber si la luz provenía de las cabezas de los jugadores, como si finalmente se hubieran dado cuenta de algo. O quizá era el tipo de luz que uno ve al salir de un largo túnel o una caverna.
Los Toreadors son jóvenes esta temporada, trabajando para un entrenador que está en su segunda temporada, y han tenido dificultades con su calendario fuera de liga. Normalmente, eso no es una buena combinación. Pero luego un equipo obtiene una victoria como esta; sacar la ventaja en un pase largo de touchdown, y luego una intercepción para asegurar el triunfo.
Igual de importante, Taft jugó un partido de 60 minutos fuera de casa, sobrellevando todos los obstáculos, nunca dándose por vencido ni desilusionándote si una jugada no salía como ellos esperaban.
¿Esa luz? Quizá sea ese momento ‘a-ha’ de un equipo que busca seguir desarrollándose. Quizá sea lo positivo que crear un momento ahora que los Toreadors ponen su atención en los partidos de la Liga West Valley.
Eso es lo que espera el entrenador Deron Braswell.
“Fue un triunfo para ‘creer'”, dijo Braswell. “Estamos 2-3. La pregunta es, ¿sería mejor salir de una derrota y tener marca de 2-3, o estar 2-3 viniendo de un triunfo y entrar a un descanso de una semana con energía positiva. Preferiría tener marca de 5-0. Pero si vas a estar 2-3, que son las tarjetas con las que jugamos, esa es una gran victoria y una gran forma de ganar para mantener elevados los espíritus de todo el mundo al entrar a la liga”.
Esta es la semana de descanso de Taft, una oportunidad para que los Toreadors tomen un respiro, sanen sus lesiones, y se reenfoquen en detalles que podrían hacer la diferencia entre ganar consistentemente o de vez en cuando. También les da tiempo para concentrarse plenamente en el juego en casa del 10 de Octubre contra Granada Hills.
Cuando Braswell dice que los Toreadors son jóvenes, lo dice en serio. Hay aproximadamente 24 jugadores que son los que más juegan. De ese total, 19-20 nunca antes habían jugado football.
No es una excusa, dijo Braswell. Es lo que es. Pero los jugadores y entrenadores han llegado al punto donde tienen una idea de lo que están haciendo como equipo, y lo que podrían hacer.
“Después de cinco partidos, ahora tenemos una prueba de quiénes son realmente”, dijo el entrenador. “Los vimos antes del comienzo de la temporada, vimos la ética de trabajo. Pero tienes cinco partidos, equipos que podrías considerar mejores que nos han derrotado, partidos donde fuimos mejores que hemos ganado.
“Creemos que entendemos no solo quiénes son los chicos, pero quiénes son como jugadores de football. Desde el punto de vista de los entrenadores, nuestro trabajo es ponerlos en la posición correcta. Pero desde el punto de vista del jugador, ellos saben en lo que son buenos y lo que no. Así que saben en lo que deben trabajar y desde nuestro punto de vista sabemos en que posición ponerlos donde pueden tener éxito. No podemos tener chicos haciendo cosas donde no van a tener éxito”.
El mariscal de campo Chris Duncan es uno de esos jugadores que están en el equipo principal por primera vez.
“El juego es mucho más rápido, con gente más grande”, dijo Duncan. “Lo principal para mi es la velocidad del juego”.
Duncan tuvo un partido excelente para Taft, completando 15 de 20 pases para 231 yardas y tres touchdowns y no intercepciones. Su pase de 67 yardas a Dalton Oronoz con menos de cinco minutos restantes en el juego fue el que dio el triunfo al equipo. Duncan también corrió para 25 yardas y un touchdown.
Un equipo tiene que ser del mariscal de campo para poder sobresalir. Duncan cumplió con el tipo de desempeño necesario para hacer que los chicos crean en él y lo apoyen.
“¿Es este mi equipo ahora? Para ser honesto, no. Pero estoy trabajando en eso”, dijo Duncan. “Siento que he tomado un paso al frente. Al salir de ese triunfo siento que he subido en una escalera. Y durante esta semana de descanso planeo creer como un líder”.
Jerrick Corley, una wide receiver que atrapó cinco pases para 68 yardas y un touchdown, sintió como si una luz de esperanza iluminó a los Toreadors.
“Me habría preocupado de llegar a la liga con una derrota”, dijo Corley. “Pero ahora podemos hablar de ganar la liga y es algo creíble”.
A algunos entrenadores quizá no les guste ese tipo de pronunciamientos. Pero Braswell, que vino a California de New Jersey hace ocho años, y fue asistente del entrenador Matt Kerstetter en Taft en 2007 entiende que hay una tradición de victoria aquí. No le importa un poco de alarde de parte de un equipo que todavía busca su identidad. Y también este año es uno en que no hay un equipo que se vea dominante en la Liga West Valley.
¿Entonces, por qué no Taft?
“Siento que somos el favorito–pero también siento que cada equipo en la liga debería sentirse como favorito”, dijo Braswell. “Todo el mundo tiene la oportunidad. Hay una manera de ganar la liga; ganar el partido que tengas frente a ti. Y ganar el siguiente partido y el próximo, y dejar que todo el mundo haga lo que hacen siempre y cuando podamos ganar nuestro próximo partido (empezando con Granada Hills)”.
“Siempre me han enseñado que una vez llegas a la Liga, cada partido es uno de campeonato. Así que si derrotamos a Granada en dos semanas, somos campeones–hasta la siguiente semana”.