M. Terry / SFVS

Listos para moverse -- Abel Romero y Daniel Barragán dicen estar listos para probar que San Fernando merece haber ascendido a la División I de la City Section.

Falta apenas una semana para su primer partido de la temporada 2015. Y San Fernando High School no llegará a ese primer encuentro del 28 de Agosto en contra de Cleveland con pocas preguntas.

Pero hay una interrogante que debe responderse para determinar qué tipo de temporada tendrán los Tigers.

Y es esta: ¿Pueden tener un mejor juego del mariscal de campo en 2015 del que tuvieron en 2014?

El año pasado, los Tigers regresaban de campeonatos consecutivos de la División II de la City Section y una temporada perfecta (14-0) en 2013. Cristian Solano, su mariscal de campo en estos años de títulos (y quien ahora asiste a la Universidad de Nevada-Reno) era sin lugar a dudas el mejor mariscal de campo en la historia de la escuela, imponiendo récords en yardas pasadas y touchdowns en ambos años de campeonato.

Robert González hizo lo mejor que pudo para llenar los zapatos de Solano, pero se quedó corto, lanzando solo seis touchdowns. Eso significó que San Fernando – que subió a la División I – tenía una ofensiva de una sola dimensión, la vía terrestre. Eso funciona contra equipos promedio, pero no contra los buenos. Y agréguele a eso la motivación de Sylmar, Arleta y Canoga Park para sus partidos contra los Tigers, y es una combinación letal.

Y esa es la razón por la que los Tigers, que llegaron a los cuartos de final, tuvieron marca de 6-6.

“El año pasado recibimos algunos golpes; algunos equipos iban contra nosotros”, dijo Robert García, entrenador de los Tigers, y quien ahora está en su cuarta temporada con el equipo. “Pero luchamos hasta la segunda ronda de los playoffs. Sí mejoramos a medida que avanzó la temporada”.

En anticipación de una temporada de altibajos, García mezcló varios jugadores de jóvenes con un equipo más experimentado y los empezó a preparar para los exigentes juegos de la División I.

“El año pasado trajé a siete jugadores del segundo equipo, todos ellos de primer año, que serán ahora jugadores experimentados”, dijo el entrenador. “Muchos de esos chicos nunca antes habían jugado un partido de playoff. Ahora tienen dos bajo su manga. Tenemos pocos jugadores que formaron parte de ese equipo de 14-0, que conocen la tradición ganadora que hemos tenido desde que he estado aquí. Pero también hay algunas caras nuevas en el programa. Creo que deberíamos estar bien”.

García imagina un grupo de jugadores que pueden crecer juntos en los próximos años. El crecimiento más rápido debe llegar de Joshua García, que tendrá su primer oportunidad como mariscal de campo. Si Joshua pueda aprenderse el libro de jugadas que le darán los entrenadores, y si logra establecer una mejor conexión con los receptores, el entrenador García muestra un optimismo cauteloso de que San Fernando puede competir con el campeón defensor de la liga, Sylmar, y Canoga Park por el título de la Liga Valley Mission.

Pero si Joshua se desarrolla lentamente o enfrenta problemas, los Tigers probablemente serán un equipo terrestre primordialmente. Mediante esa ruta, el equipo promedió 164.3 yardas corridas por partido y marcaron 22 touchdowns. Pero el juego de pases solo proveyó 106.8 yardas por juego y otros 6 touchdowns, que hizo poco para sostener juegas consecutivas y mantener fresca a la defensa.     

“Tuvimos que adaptar lo que teníamos el año pasado”, dijo el entrenador García. “Teníamos a un mariscal de campo de último año y otro de primer año, y optamos por el mayor. Se trataba de ‘agarra el balón y tira lo más rápido que puedas’. Pero el más chico, consideramos que este es el año para darle experiencia. Correr era nuestra fuerza, así que corrimos más de lo usual. Generalmente me gusta balancear las cosas y lanzaremos un poco más este año”.

Aún así, no sorprende que una vez se cansaban los Tigers, ofrecían poco o ninguna resistencia defensiva. En las seis derrotas, ellos permitieron más de 20 puntos solo en una ocasión. Y eso fue en la derrota que puso fin a su temporada, de 19-7 contra Eagle Rock.

Esa derrota todavía molesta a Abel Romero, un offensive y defensive lineman, y estudiante de último año. “Ese era un partido que pudimos haber ganado”, dijo. Pero la temporada de desilusión tuvo que ver más con fracturas y fisuras en el equipo mismo, que en lo limitado del talento.

“Fue muy estresante”, dijo Romero, de 17 años, quien se transfirió a San Fernando proveniente de la secundaria Crespi. “Nuestros entrenadores estaban encima de nosotros, y era difícil. Teníamos este blanco en nuestras espaldas. Intentamos dar lo mejor.

“¿Mejoró el equipo? En términos de comunicación, no. En términos de juego, mejoramos – seguimos dando tropezones, pero fue estresante”.

Aunque los Tigers subieron de división, Romero dijo que él ya ve un grupo más unificado. “Nos hemos hecho más cercanos. Es más como una hermandad. Vamos a tomar las cosas muy seriamente este año…tenemos que seguir juntándonos ahora que viene la División I. Será muy diferente”.

Daniel Barragán, un defensive back que también es estudiantes de último año, apoya la perspectiva de Romero.

“Hay mucha más confianza. Y lo mejor acerca del entrenamiento es que todo el mundo está compitiendo para lograr un puesto”, dijo Barragán de 17 años.

“¿Qué si hay presión? Siempre la hay cuando juegas para San Fernando y portas los colores negro y amarillo en tu pecho. En los años 70, siempre tuvieron buenos equipos [en la División I] y estamos tratando de traer eso de vuelta”.

El entrenador García ve una colección de jugadores que él cree pueden y deberán competir. Los linemen han venido levantando pesas dos veces por día – “mucho más de lo que lo hacemos generalmente” – para desarrollar el nivel de fuerza requerida. La mayoría de los running backs estarán de regreso, así como varios de los receptores. La defensa “es bastante sólida”, según el entrenador García.

Ahora falta una semana para saber si los Tigers están listos para el football de la División I.

O si el football de la División I está listo para los Tigers.